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Fuente: La periodicidad ideal del estudio mamográfico está en discusión, aunque nadie pone en duda los beneficios de un control anual o bienal. En algunos casos deben hacerse controles a períodos más cortos, al cabo de cuatro, seis, ocho, diez meses, dependiendo de cada caso y de que se tenga que realizar un control evolutivo de alguna imagen. Ningún estudio científico ha demostrado que la mamografía periódica cree ningún perjuicio a corto ni a largo plazo, salvando la molestia inherente a la compresión necesaria para un correcto estudio. Estos datos están fundamentados en seguimientos durante períodos superiores a los 20-25 años a mujeres estudiadas anualmente con mamografía, realizados con aparatos más antiguos que los actuales, que ya en su momento irradiaban poco y actualmente irradian unas 20 veces menos que los modelos iniciales. Se ha calculado que si la mamografía llegase a producir algún cáncer en las mujeres estudiadas, por cada uno de ellos, habríamos diagnosticado al menos entre 80 y 120 cánceres precozmente, por lo que el balance riesgo-beneficio es claramente positivo para la mamografía.
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