La expresión génica en cáncer de mama aporta información biológica importante para la determinación del diagnóstico, tratamiento, riesgo de recaída y supervivencia. A pesar de ello, lo más habitual es que la caracterización del cáncer de mama se realice mediante técnicas histopatológicas. La información se halla recogida en un estudio sobre tumores hormonosensibles liderado por el Dr. Aleix Prat, jefe del grupo de Genómica Traslacional del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y oncólogo de la Unidad de Cáncer de Mama del Hospital Universitario Vall d’Hebron. El trabajo compara los datos del tumor, obtenidos mediante expresión génica, con los datos histopatológicos, y propone una nueva definición que mejora la actual clasificación de estos tumores en la práctica clínica diaria.
Este hallazgo, publicado en “Journal of Clinical Oncology”, modifica la actual definición de este tipo de tumores y asegura un mejor diagnóstico de los mismos minimizando los errores de clasificación y, con ello, mejorando el abordaje terapéutico y el pronóstico de las pacientes con este subtipo de cáncer de mama.
Ante cualquier cáncer de mama es fundamental, a todos los efectos, conocer bien su subtipo molecular. En los últimos años, la expresión génica ha identificado dos grandes grupos de tumores hormonosensibles: Luminal A y Luminal B. El tratamiento se basa en esta clasificación, por lo que debe ser muy precisa. Tal como explica el Dr. Prat, “los tumores Luminal A tienen un buen pronóstico con tratamiento hormonal, mientras que los tumores Luminal B tienen un pronóstico desfavorable y requieren, en la mayoría de los casos, la administración de quimioterapia. El problema radica en que la definición actual de estos dos grupos mediante datos histopatológicos es imperfecta y, por lo tanto, necesitamos algún parámetro más, al margen de los que ya existen, que nos ayude a afinar aún más el diagnóstico histopatológico de los tumores Luminal A y B".
Actualmente, la definición de los tumores luminales o hormonosensibles es la positividad para los receptores hormonales y la negatividad para la expresión de HER2. La diferencia entre un tumor Luminal A y B es la cantidad de proteína Ki-67 que el patólogo detecta en las células tumorales. Si los tumores tienen menos de un 14% de células positivas para Ki-67, el tumor es clasificado como Luminal A. El problema de esta definición del subtipo Luminal A es que hay un 30% de estos tumores que en realidad son Luminal B por expresión génica y tienen pronóstico desfavorable solamente con tratamiento hormonal.
Este estudio ha revisado miles de tumores procedentes de tres grupos independientes de España (grupo cooperativo GEICAM, Dr. Martín), Canadá (Universidad de British Columbia, Dr. Nielsen) y Estados Unidos (Universidad de Carolina del Norte, Dr. Perou), con el fin de comparar cómo se corresponden los datos histopatológicos con los perfiles de expresión génicos y ha evidenciado grandes discordancias. Una vez halladas las diferencias, este equipo de trabajo ha buscado un nuevo parámetro medible en el laboratorio que acote más la definición. "El estudio genómico que hemos realizado nos ha indicado que la cantidad de receptor de progesterona es importante para distinguir ambas entidades biológicas. Este nueva variable nos servirá de marcador para mejorar la actual definición histopatológica de los tumores Luminal A.”, explica el Dr. Prat. Cuanto mayor sea la cantidad de células tumorales con positividad para el receptor de progesterona, más probable será el diagnóstico del tumor Luminal A.
La definición histopatológica de los tumores Luminal A que propone este estudio es “positividad para los receptores hormonales, negatividad para la expresión de HER2, positividad del Ki-67 menor del 14% y positividad del receptor de progesterona mayor del 20%”, concreta este especialista.
Las técnicas de expresión génica son las que siguen dando una información más completa y real de cada tumor. “Comparado con los datos histopatológicos, los test basados en la expresión génica nos proporcionan un perfil molecular más exacto de cada tumor y una estimación más detallada de la probabilidad de recaída. El motivo es que, en vez de determinar 3 o 4 marcadores, estamos evaluando miles de marcadores de una sola vez. Ahora bien, estas técnicas genómicas no están disponibles habitualmente en la práctica clínica diaria”, comenta el Dr. Prat, que recientemente ha sido galardonado con el tercer Premio Internacional para la Investigación en Cáncer de Mama, precisamente por su empeño en acercar las técnicas de expresión génica a la práctica clínica diaria. “En este estudio", añade, "hemos evaluado un test genómico conocido como PAM50 que, a diferencia de otras pruebas disponibles, nos permite caracterizar mejor el cáncer de mama a nivel biológico".
univadis
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