Un estudio de la Sociedad Americana del Cáncer ha determinado que tener un índice de masa corporal (IMC) elevado que muestre sobrepeso u obesidad puede aumentar el riesgo de sufrir cáncer de mama después de la menopáusia, con independencia de si la grasa se acumula en el vientre, la cintura o las caderas.
Así se desprende de los resultados publicados en la revista 'Cancer Causes, and Control', que contradicen la creencia provocada por investigaciones previas que sugerían que este mayor riesgo de cáncer dependía de dónde se acumulara la grasa.
La obesidad abdominal se ha relacionado con un mayor riesgo de numerosas enfermedades, como la diabetes o determinadas dolencias cardiovasculares, lo que sugería que las mujeres con cuerpo "con forma de manzana", que concentran la grasa en el pecho y en el torso, tienen más riesgo que las que tienen "forma de pera" y acumulan la grasa en caderas, muslos y nalgas.
Para indagar en esta teoría, un equipo dirigido por la investigadora Mia Gaudet analizó datos de un total de 28.965 mujeres participantes en la segunda parte del 'Cancer Prevention Study', entre quienes se detectaron un total de 1.088 casos de cáncer de mama invasivo durante una mediana de 11,58 años de seguimiento.
De este modo, vieron una relación "estadísticamente significativa" entre el desarrollo de estos tumores y un IMC más elevado, "con independencia de que fueran peras o manzanas", ha señalado Gaudet.
"Este estudio trae un poco de claridad a la relación entre la obesidad y el riesgo de cáncer de mama", insiste esta experta, que confía en que estos datos permitan centrarse en lo que erróneamente se han considerado factores de riesgo para el cáncer de mama.
Fuente: la información
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