Los autores del trabajo, cuya primera firmante es Sarah-Jane Dawson, del Departamento de Oncología de la Universidad de Cambridge, compararon las imágenes radiográficas del tumor con el análisis del ADN tumoral circulante, el biomarcador CA 15.3 y las células tumorales circulantes en 30 mujeres que padecían cáncer de mama metastásico y que estaban recibiendo terapia sistémica.
Pudieron detectar el ADN tumoral circulante en 29 de las 30 mujeres (97 por ciento) en las que se habían identificado alteraciones genómicas somáticas. Se apreció CA 15.3 en 21 de 27 mujeres (78 por ciento) y células tumorales circulantes en 26 de 30 (87 por ciento).
Carga tumoral
Los niveles de ADN tumoral circulante mostraron un mayor rango dinámico y estaban más correlacionados con los cambios en la carga tumoral que los otros dos marcadores. Este test fue, asimismo, el que proporcionó la medida más precoz de la respuesta al tratamiento en 10 de las 19 pacientes (53 por ciento).
Los niveles de ADN tumoral circulante mostraron un mayor rango dinámico y estaban más correlacionados con los cambios en la carga tumoral que los otros dos marcadores. Este test fue, asimismo, el que proporcionó la medida más precoz de la respuesta al tratamiento en 10 de las 19 pacientes (53 por ciento).
Los autores de un editorial sobre la cuestión, Marc Lippman y Kent Osborne, de la Universidad de Miami y el Baylor College of Medicine (Houston), señalan que se trata de un estudio preliminar de eficacia, por lo que será necesario realizar más investigaciones antes de que el método pueda pasar a la clínica habitual.
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