Los investigadores han descubierto que una mayor ingesta de carne roja en la edad adulta puede ser un factor de riesgo para el cáncer de mama. En cambio, si se reemplazaba por una combinación de verduras, pollo, nueces y pescado se reducía el riesgo, según un estudio publicado en British Medical Journal.
En esta investigación se analizaron los datos de 88.803 mujeres premenopáusicas con edades comprendidas entre los 26 y los 45 años que habían participado en el Nurses Health Study II en el que se habían realizado encuestas sobre la dieta. En esas encuestas se preguntó por el consumo de carne roja procesada, no procesada, pescado, verduras y frutos secos.
Además, se tuvieron en cuenta parámetros como la edad, altura, peso, raza, antecedentes familiares de cáncer de mama, antecedentes familiares de enfermedad benigna de mama, tabaquismo, menopausia, uso de anticonceptivos orales y hormonales. Los registros médicos identificaron 2.830 casos de cáncer de mama durante los 20 años de seguimiento y los investigadores descubrieron que introduciendo estos datos en un modelo estadístico se podía estimar el riesgo de cáncer de mama en las mujeres según la dieta.
Los resultados vincularon un mayor consumo de carne roja con un aumento del 22 por ciento de riesgo de padecer cáncer de mama. Cada ración de carne roja diaria se relacionó con un aumento del riesgo del 13 por ciento, concretamente, 12 por ciento en las mujeres premenopáusicas y 18 por ciento en las posmenopáusicas. También se demostró que si se sustituía la ración de carne roja por aves de corral el riesgo de padecer cáncer de mama en las mujeres posmenopáusicas era menor.
Por otra parte, si se ingería una ración diaria de verduras combinadas con nueces, carne de ave y pescado en lugar de carne roja, el riesgo de padecer cáncer de mama se reducía en un 14 por ciento.
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