MSc. Carmen Rodríguez. MSc en Ciencia de los Alimentos.
Universidad de Oriente-Núcleo Bolívar-Escuela de Ciencias de la Salud.
Palabras clave: Paradigma, lactancia materna, banco de leche, calidad.
Key words: Paradigm, breastfeeding, milk bank, quality.
RESUMEN
En torno a la lactancia materna se tejen un conjunto de creencias, conceptos preformados, representaciones, que se convierten en saber popular, permiten ver la práctica del amamantamiento desde una sola óptica y van cambiando conforme evoluciona el hombre y su historia, ajustándose a cierto contexto sociocultural. Estos paradigmas, por tanto, van cambiando en la medida que van dejando de solucionar los problemas cotidianos. Antes, en la época de las nodrizas, o sin ir muy atrás, cuando un recién nacido no podía ser amamantado por su madre por razones de salud de alguno de los dos, no se concebía la idea de que existiesen centros de servicio de suministro de leche materna o Bancos de Leche Humana que viniesen a suplir tan grave deficiencia.
Hoy son una realidad, gozan de un sólido marco legal y se expanden cada vez más en Venezuela y en Latinoamérica, siempre bajo lineamientos del la Red de Bancos de Leche de Brasil, país pionero en esta experiencia. Debido al tipo de muestra tan valiosa que allí se procesa como es la leche materna y el destinatario final que son los recién nacidos, deben mantenerse estrictos controles de calidad en los procesos que se llevan a cabo en los Bancos de Leche, de obligatorio cumplimiento y que deben ser evaluados con regularidad para garantizar una leche calidad microbiológica, inocua y segura.
Palabras clave: Paradigma, lactancia materna, banco de leche, calidad.
ABSTRACT
About breastfeeding was weaving a set of beliefs, concepts, shapes, representations, which become popular wisdom, let you see the practice of breastfeeding from a single perspective and are changing as evolving man and his history, in line with some context sociocultural. These paradigms, therefore, will change as they leave behind to solve everyday problems. Earlier, at the time of the nurses, or without going far back, when a newborn could not be breastfed by his mother for health reasons of one of the two, not conceived the idea that there were service centers supply breast milk or Human Milk Banks to come and meet so serious deficiency.
Today they are a reality, have a solid legal framework and expand increasingly in Venezuela and Latin America, provided under the guidelines of the Milk Bank Network of Brazil, a pioneer in this experience. Due to the type of sample so valuable that there are processes such as breast milk and the final recipient are newborns should be kept in strict quality control processes are carried out in the Milk Banks, mandatory and to be evaluated regularly to ensure milk microbiological quality, safe and secure.
Key words: Paradigm, breastfeeding, milk bank, quality.
TRABAJO ORIGINAL: Tipo Ensayo
LACTANCIA MATERNA: PARADIGMAS Y BANCOS DE LECHE
Las raíces epistemológicas de la lactancia materna pueden analizarse desde un contexto histórico, social, cultural, económico y hasta político. La historia ha sido testigo de la evolución de la concepción acerca del arte de amamantar, ya el Código de Hammurabi que data de 1800 A.C se describen regulaciones dirigidas a las nodrizas. La lactancia materna, en su objetivo final obedece a un paradigma de promoción de salud, dirigida al nuevo ser que habrá de integrarse a una sociedad de cambios y que debe responder física y psicológicamente a las exigencias que esta demande.
Son conocidos los beneficios de la lactancia materna tanto para la madre como para el neonato. Además de ser el alimento más idóneo hasta la edad de dos años, representa el alimento más completo que aporta los nutrientes exactos que necesita el recién nacido, el más económico y con una carga bacteriana de lactobacilos beneficiosa para su asimilación. Hoy día están demostrados sus efectos sobre la inteligencia del niño y éstos se articulan al desarrollo emocional adecuado, producto del apego bidireccional madre-hijo, proporcionando seguridad que más tarde se verá relacionada al desarrollo biopsicosocial y al estado de salud integral del individuo. Se trata de sembrar salud para posteriormente tener la capacidad de transformar el entorno. Trombino et al. (2005) lo confirman al señalar en su estudio que se ha demostrado que la alimentación del neonato con leche materna ofrece ventajas de orden económico, psicológico (relación madre-hijo), nutricional, mayor digestibilidad, composición química balanceada, ausencia de fenómenos alérgicos y de protección contra enfermedades.
El abordaje de la práctica del amamantamiento parece fundamentarse en el paradigma biológico original como es “nunca separar la madre del bebé” (Blásquez, 2007) alrededor del cual se explica la simbiosis perfecta madre-hijo, donde interviene instinto, olfato, piel, reconocimiento de voz y del cuerpo materno. Este paradigma ha tenido tal importancia que ha promovido grupos sociales pro-lactancia que enfatizan la importancia de esta unión intrauterina, pasando por el nacimiento hasta el primer año del niño, etapa que marca el futuro desenvolvimiento social del recién nacido que inclusive puede tener implicaciones patológicas si no se vive a plenitud.
Lo anterior responde a preguntas como: ¿es el proceso de amamantamiento un instinto natural, innato de los mamíferos, o por el contrario, responde a una elaboración histórica transmitida por generaciones? Para defender la segunda premisa, es necesario remontarse a la época en la cual la lactancia no venía directamente de la madre, sino suministrada por nodrizas o madres de leche que se encargaban de esta función por distintas razones. Es la llamada lactancia mercenaria, caracterizada porque había una tercera persona que se iba a encargar de lactar al niño con leche de sus pechos, por lo cual ya no se denominaría leche materna sino leche humana. No es que no existiese el instinto biológico del mamífero por amamantar a su cría, la asociación mujer-naturaleza, sino que detrás había un esmero por el cuidado del cuerpo así como intereses económicos, de clase social, entre otros.
La lactancia materna ha sido analizada en tres etapas de la historia, que incluyen de la Prehistoria al Cristianismo en primer término, luego del siglo I al siglo XVII y desde este último hasta la actualidad (Hernández, 2009), y se ha establecido que desde tiempos remotos se manejan dispositivos de poder en torno a la alimentación mercenaria los cuales se corresponden con diversos paradigmas. Comenzando por el de la estética y el cuidado de la figura física, según el cual la madre de clase social alta tenía el privilegio de decidir negarse a amamantar al niño por el desgaste físico y las desventajas que ello representaba para su cuerpo como eran el avance del envejecimiento o la deformación de sus pechos, teniendo tiempo entonces para dedicarse a otras actividades. A este respecto, Michael Foucault denominó “el cultivo de sí” a la práctica personal y social de ocuparse de uno mismo desde un punto de vista holístico, más amplio, que incluya “los cuidados del cuerpo, los regímenes de salud, los ejercicios físicos sin exceso, la satisfacción tan mesurada como sea posible de las necesidades…” (Foucault, 2005), derecho negado a las nodrizas pero intercambiado por dinero al convertir su oficio en un trabajo remunerado. Paricio (2004) señala que el pago a la nodriza se establece desde finales del siglo XIX a.C. en una de las leyes de la antigua Mesopotamia.
Pasa la lactancia materna a tener un interés económico para quien ejerce este oficio, que beneficiaba directamente al esposo que era quien recibía el aporte económico como recompensa al desgaste que sufría su esposa y que le permitía aumentar los ingresos del hogar (Hernández, 2009). La familia entonces gozaba de privilegios al ser escogida para amamantar niños de clase social elevada, recibiendo hospedaje y salario, aunque muchas veces la madre sustituta estaba presionada por su cónyuge para hacer de esto su medio de subsistencia económico.
El cuerpo como objeto de preocupación es también abordado por Le Breton (2002) desde un punto de vista sociológico, en el cual la representación del mismo a través de su cuidado atrae la mirada del otro, donde además se pone de manifiesto la clase social y la abundancia cultural, para convertirse en carta de presentación y objeto de clasificación. Mientras se priorice el cuidado del cuerpo, de la estética, la llamada práctica de la apariencia y se preste atención al aspecto físico, el cuerpo se convierte en fuente de información del cual se obtiene un beneficio social. Beneficio que merece reflexión en el caso de las nodrizas, ya que en su papel de madres sustitutas se sacrificaba hasta la lactancia de sus propios hijos, el manejo de su sexualidad, el cuidado de su cuerpo y el respeto a su estética a cambio de una mejora en su estatus social, aunado al poder de su esposo sobre ella en la toma de decisiones; pasando por encima del paradigma ético de alimentar a hijos de otra madre por dinero.
La función de las nodrizas coincide con el aumento de la mortalidad infantil en Europa y se mantuvo aproximadamente desde el año 1600, fecha de la Primera Revolución Industrial, hasta 1939 (Tercera Revolución Industrial), en la cual la lactancia mercenaria se ve opacada por la comercialización de sucedáneos de leche materna cuyos inicios datan del año 1900, lo que causa un decaimiento de la práctica del amamantamiento (Vallone, 2009). Predomina entonces un paradigma de comercialización, de beneficio económico a nivel industrial alrededor de la lactancia del recién nacido. Deben incidir entonces factores de peso de índole académico y cultural, cambio de concepción de la lactancia, rescate del paradigma biológico natural, movimientos pro-lactancia apoyados por organismos internacionales tales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), Asociación Americana de Pediatría, el Fondo Internacional de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), para sobreponer los beneficios de la lactancia materna a las leches de fórmula, haciendo énfasis en la relación de afecto entre madre e hijo que no proporcionan estas últimas.
Se considera por tanto a la lactancia materna como un fenómeno determinado por la cultura, y es esa misma cultura la que va marcando su evolución hasta llegar al siglo XXI donde los estigmas de la belleza denotan ahora la presencia de unos pechos grandes de implantación quirúrgica, que pudiesen ir en contra de los avances alcanzados a favor de la lactancia materna como alimentación inicial para el recién nacido. Quizás el paradigma biológico natural pudiera entrar en una nueva crisis, con una disminución en la práctica del amamantamiento, aun cuando investigaciones como la de Díaz-Gómez (2005) aseguran que esto no interfiere con el proceso de amamantamiento, ni la silicona altera la composición de la leche.
Es de interés establecer el papel de la leche de vaca como alimento para el recién nacido y dejar claro que no habido alimento capaz de sustituir a la leche materna, tanto en sus propiedades nutritivas como inmunológicas y psicológicas, como lazo de afecto entre madre e hijo. Paricio (2004) señala que los avances obtenidos en las últimas décadas en la composición de leches para lactantes a partir de modificaciones de leche de vaca han conseguido productos que, aunque desprovistos de las propiedades inmunitarias de la leche materna, son químicamente similares a ella, y administrados a lactantes en condiciones culturales (bien preparados), económicas (en cantidad suficiente) e higiénicas adecuadas, suelen conseguir resultados nutricionales satisfactorios de entrada y alejados de los palmariamente catastróficos descritos en siglos anteriores, si bien, las consecuencias en muchos aspectos a largo plazo siguen siendo desconocidas.
En consideración a lo anterior, cobra importancia la existencia de Bancos de Leche para ofrecer a neonatos una leche humana de óptima calidad provenientes de donadoras voluntarias, constituyendo un avance social de la medicina, práctica que pudiese perpetuarse como instrumento de un nuevo saber. Haciendo análisis histórico de la Medicina, Foucault (1990) señala que no es suficiente la enumeración de avances que ésta ha tenido en el tiempo, sino que el real interés debe estar en conocer el proceso de formación de conceptos que no son más que saberes. En atención a ello, “Hay que restituir, en el interior de una formación social, el proceso mediante el cual se constituye un saber, entendiendo éste como el espacio de las cosas a conocer, la suma de los conocimientos efectivos, los instrumentos materiales o teóricos que lo perpetúan” (Foucault, 1990). Por ello, se debe estar atento a la aceptación de nuevos paradigmas constituidos por representaciones sociales, nuevos actores y nuevos saberes, orientados a mejorar la calidad de vida, como el de alimentar al niño con leche humana de madres donadoras, leche procesada, congelada, pasteurizada, manteniendo sus beneficios naturales. La figura de madre donadora de leche humana a un Banco de Leche es de reciente aceptación y conocimiento por gran parte de la población.
Es preciso acotar que se debe preferir la lactancia a través del contacto madre-hijo, es decir, la lactancia natural, procedimiento mediante el cual el niño se alimenta directamente de la leche de la madre. Son diversas las instituciones internacionales que consideran que la promoción de la lactancia natural es un reto y un objetivo prioritario en salud pública, tal es el caso de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo Internacional de las Naciones Unidas de Auxilio a la Infancia (UNICEF) y la FAO. Para aquellos casos en los cuales la madre no pueda lactar a su hijo, ha surgido la alternativa del servicio que prestan los Bancos de Leche, los cuales son definidos como servicios establecidos con el propósito de recoger, controlar, procesar, almacenar y distribuir leche humana donada, para satisfacer las necesidades específicas de los individuos a los que se les ha prescrito leche materna, ejemplo: alergia o intolerancia a leche artificial, prematuridad o tratamiento de enfermedades infecciosas, tales como diarreas (Lawrence, 1996; citado por Trombino et al., 2003).
Los Bancos de Leche Humana son servicios sin fines de lucro, ubicados en hospitales y centros públicos de salud y gozan de un sólido marco legal. Para el Sistema Público Nacional de Salud en la Constitución Bolivariana de Venezuela (1999) se establece que:
“Para garantizar el derecho a la salud, el Estado creará, ejercerá la rectoría y gestionará un sistema público nacional de salud, de carácter intersectorial, descentralizado y participativo, integrado al sistema de seguridad social, regido por los principios de gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, integración social y solidaridad. El sistema público nacional de salud dará prioridad a la promoción de la salud y a la prevención de las enfermedades, garantizando tratamiento oportuno y rehabilitación de calidad. Los bienes y servicios públicos de salud son propiedad del Estado y no podrán ser privatizados. La comunidad organizada tiene el derecho y el deber de participar en la toma de decisiones sobre la planificación, ejecución y control de la política específica en las instituciones públicas de salud” (Artículo 84).
A este respecto, el Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-2013 (2007), en su directriz La Suprema Felicidad Social, tiene como política profundizar la atención integral en salud en forma universal, y señala como estrategias para alcanzarla: fortalecer la prevención y el control de las enfermedades, expandir y consolidar los servicios de salud de forma oportuna y gratuita; y la reducción de la mortalidad materno-infantil y en niños menores de cinco años. Esto último forma parte de los objetivos de los Bancos de Leche.
En Venezuela, la Ley de Promoción, Protección y Apoyo a la Lactancia Materna (2007) en su artículo 8, literal 5, señala que “los centros de salud públicos y privados deben crear bancos de leche humana y lactarios, en los casos y en las condiciones que establezca el ministerio con competencia en salud mediante resolución”. A través de este instrumento jurídico se refuerza la importancia de los Bancos de Leche, en primer lugar como estrategia para alcanzar los Objetivos del Milenio, y además como centros de apoyo a la lactancia materna lo cual fomenta la necesidad de expandirlos por todo el territorio nacional. En Venezuela existen siete Bancos de Leche funcionales, creados bajo lineamientos de Bancos de Leche de Brasil, país pionero en esta experiencia en Latinoamérica. Estos se encuentran ubicados en:
1. Hospital Universitario de Caracas (Centro de Referencia).
2. Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y Páez”, en Ciudad Bolívar, estado Bolívar.
3. Hospital “Dr. Santos Aníbal Dominicci”, en Carúpano, estado Sucre.
4. Hospital “Dr. Pablo Acosta Ortiz”, en Apure.
5. Hospital “José Antonio Páez”, en Guasdualito, estado Apure.
6. Hospital “Gral. Rafael Urdaneta”, en Calabozo, estado Guárico.
7. Maternidad “Negra Hipólita”, en San Félix, estado Bolívar.
Estos centros proporcionan oportunamente leche materna pasteurizada y en cantidad suficiente a los recién nacidos del centro de salud que así lo requieran, generalmente funcionan muy cercanos a los servicios de Obstetricia, Neonatología y Pediatría. En aquellos casos en los cuales la madre no puede amamantar directamente a su hijo, por fortuna se puede disponer del servicio que prestan los Bancos de Leche, es el caso que ocurre por razones de salud como en las madres VIH positivas, cuando padecen del virus de la leucemia humana de células T tipo I (HTLV-1), o del recién nacido como prematurez, bajo peso al nacer, impedimento físico, entre otras; Díaz-Gómez (2005) agrega en casos de niños afectados por galactosemia, en casos de fenilcetonuria y otros errores congénitos del metabolismo de los aminoácidos en los cuales se mantiene una lactancia materna parcial. Entre sus objetivos están el de proporcionar apoyo a la práctica adecuada de la lactancia materna, recolectar y distribuir la leche de donadoras, manteniendo condiciones de calidad, contribuyendo así a la disminución de la mortalidad infantil por esta causa.
Con relación a las condiciones de calidad, la Red de Bancos de Leche de Brasil establece una serie de parámetros a seguir que tiene que ver con seguridad e higiene, haciéndolas extensivas y bien definidas a funcionarios que laboran en el Banco de Leche, a donantes, visitantes, también relativas al ambiente y bioseguridad en general. Esta red define a las condiciones higiénico-sanitarias como aquellas “condiciones establecidas para orientar y estandarizar procedimientos, teniendo por finalidad asegurar la calidad del proceso, bajo el punto de vista de la salud pública” (REDBLH, 2004). Contempla también pruebas de calidad bacteriológica y fisicoquímica que deben aplicarse a la leche donada, las cuales decidirán o no el rechazo de la misma. El cumplimiento conjunto de todos estos procesos de adecuación de la leche garantizará una leche segura, 100% confiable para el recién nacido y pudiesen más adelante calificar a estos servicios como centros de referencia, candidatos a certificación de calidad.
En base a lo anterior y a la misión tan importante que cumplen los Bancos de Leche, se debe resaltar que cada miembro del personal que allí labora tenga conciencia plena del rol que desempeña, de su posición en la estructura de un diagrama de flujo que no puede fracturarse por fallas de ningún tipo, que se someta a evaluación constante y a crítica objetiva permanente y que sepa que su función es decisiva en el resultado final, cuyo alcance va mas allá del entorno físico de las instalaciones del Banco de Leche y es la de brindar un producto inocuo y con todos los requerimientos nutritivos a neonatos que lo necesiten.
Con la finalidad de articular el saber histórico-significativo de la lactancia materna (considerado saber popular), con las ventajas que tiene para la madre y para el niño (declaradas por la ciencia) para convertirlos en acción transformadora de la realidad, deben establecerse intercambios constructivos entre el investigador y el equipo de salud que participa en la adecuación de la leche materna para en consenso alcanzar la producción del conocimiento, que pueda estandarizarse, garantizando una leche de calidad, exenta de riesgos físicos, químicos y microbiológicos. Se requiere la participación activa de este grupo de personas, que se involucren en la toma de decisiones para fortalecer la confianza de ellos mismos en la práctica de sus oficios así como la confianza de la madre a cuyo hijo se le suministra el preciado producto.
A manera de cierre
Los planteamientos anteriores y las reflexiones a las que conduce este ensayo, forman parte de un proyecto de investigación doctoral que plantea la implementación de un programa de aseguramiento de la calidad en Bancos de Leche Humana. Por su acción transformadora la investigación a realizar se enmarca dentro del enfoque socio-crítico teniendo como base filosófica a la teoría crítica. Este enfoque permite la complementariedad de la metodología cuantitativa con la cualitativa, y ambas se requieren en la propuesta; exige además la participación activa del investigador en interacción reflexiva con los sujetos de la investigación (personal del Banco de Leche) que serán los principales informantes de todos los procesos que allí se llevan a cabo. La realidad va a concebirse desde una perspectiva objetiva y subjetiva para tener como objetivo final la aplicación (acción) de un nuevo conocimiento –normas y procedimientos sistemáticos, estandarizados y controlados- cuya consecuencia última es la transformación para mejorar la calidad de vida. ¿La vida de quién? De ese nuevo ser, el recién nacido, que inicialmente será alimentado con leche del Banco de Leche Humana pero que después continuará este tipo de alimentación directamente de su madre y se adaptará sin problemas a una realidad cambiante, esto último sustentado en teorías del desarrollo evolutivo.
Es de interés establecer el papel de la leche de vaca como alimento para el recién nacido y dejar claro que no habido alimento capaz de sustituir a la leche materna, tanto en sus propiedades nutritivas como inmunológicas y psicológicas, como lazo de afecto entre madre e hijo. Paricio (2004) señala que los avances obtenidos en las últimas décadas en la composición de leches para lactantes a partir de modificaciones de leche de vaca han conseguido productos que, aunque desprovistos de las propiedades inmunitarias de la leche materna, son químicamente similares a ella, y administrados a lactantes en condiciones culturales (bien preparados), económicas (en cantidad suficiente) e higiénicas adecuadas, suelen conseguir resultados nutricionales satisfactorios de entrada y alejados de los palmariamente catastróficos descritos en siglos anteriores, si bien, las consecuencias en muchos aspectos a largo plazo siguen siendo desconocidas.
En consideración a lo anterior, cobra importancia la existencia de Bancos de Leche para ofrecer a neonatos una leche humana de óptima calidad provenientes de donadoras voluntarias, constituyendo un avance social de la medicina, práctica que pudiese perpetuarse como instrumento de un nuevo saber. Haciendo análisis histórico de la Medicina, Foucault (1990) señala que no es suficiente la enumeración de avances que ésta ha tenido en el tiempo, sino que el real interés debe estar en conocer el proceso de formación de conceptos que no son más que saberes. En atención a ello, “Hay que restituir, en el interior de una formación social, el proceso mediante el cual se constituye un saber, entendiendo éste como el espacio de las cosas a conocer, la suma de los conocimientos efectivos, los instrumentos materiales o teóricos que lo perpetúan” (Foucault, 1990). Por ello, se debe estar atento a la aceptación de nuevos paradigmas constituidos por representaciones sociales, nuevos actores y nuevos saberes, orientados a mejorar la calidad de vida, como el de alimentar al niño con leche humana de madres donadoras, leche procesada, congelada, pasteurizada, manteniendo sus beneficios naturales. La figura de madre donadora de leche humana a un Banco de Leche es de reciente aceptación y conocimiento por gran parte de la población.
Es preciso acotar que se debe preferir la lactancia a través del contacto madre-hijo, es decir, la lactancia natural, procedimiento mediante el cual el niño se alimenta directamente de la leche de la madre. Son diversas las instituciones internacionales que consideran que la promoción de la lactancia natural es un reto y un objetivo prioritario en salud pública, tal es el caso de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo Internacional de las Naciones Unidas de Auxilio a la Infancia (UNICEF) y la FAO. Para aquellos casos en los cuales la madre no pueda lactar a su hijo, ha surgido la alternativa del servicio que prestan los Bancos de Leche, los cuales son definidos como servicios establecidos con el propósito de recoger, controlar, procesar, almacenar y distribuir leche humana donada, para satisfacer las necesidades específicas de los individuos a los que se les ha prescrito leche materna, ejemplo: alergia o intolerancia a leche artificial, prematuridad o tratamiento de enfermedades infecciosas, tales como diarreas (Lawrence, 1996; citado por Trombino et al., 2003).
Los Bancos de Leche Humana son servicios sin fines de lucro, ubicados en hospitales y centros públicos de salud y gozan de un sólido marco legal. Para el Sistema Público Nacional de Salud en la Constitución Bolivariana de Venezuela (1999) se establece que:
“Para garantizar el derecho a la salud, el Estado creará, ejercerá la rectoría y gestionará un sistema público nacional de salud, de carácter intersectorial, descentralizado y participativo, integrado al sistema de seguridad social, regido por los principios de gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, integración social y solidaridad. El sistema público nacional de salud dará prioridad a la promoción de la salud y a la prevención de las enfermedades, garantizando tratamiento oportuno y rehabilitación de calidad. Los bienes y servicios públicos de salud son propiedad del Estado y no podrán ser privatizados. La comunidad organizada tiene el derecho y el deber de participar en la toma de decisiones sobre la planificación, ejecución y control de la política específica en las instituciones públicas de salud” (Artículo 84).
A este respecto, el Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-2013 (2007), en su directriz La Suprema Felicidad Social, tiene como política profundizar la atención integral en salud en forma universal, y señala como estrategias para alcanzarla: fortalecer la prevención y el control de las enfermedades, expandir y consolidar los servicios de salud de forma oportuna y gratuita; y la reducción de la mortalidad materno-infantil y en niños menores de cinco años. Esto último forma parte de los objetivos de los Bancos de Leche.
En Venezuela, la Ley de Promoción, Protección y Apoyo a la Lactancia Materna (2007) en su artículo 8, literal 5, señala que “los centros de salud públicos y privados deben crear bancos de leche humana y lactarios, en los casos y en las condiciones que establezca el ministerio con competencia en salud mediante resolución”. A través de este instrumento jurídico se refuerza la importancia de los Bancos de Leche, en primer lugar como estrategia para alcanzar los Objetivos del Milenio, y además como centros de apoyo a la lactancia materna lo cual fomenta la necesidad de expandirlos por todo el territorio nacional. En Venezuela existen siete Bancos de Leche funcionales, creados bajo lineamientos de Bancos de Leche de Brasil, país pionero en esta experiencia en Latinoamérica. Estos se encuentran ubicados en:
1. Hospital Universitario de Caracas (Centro de Referencia).
2. Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y Páez”, en Ciudad Bolívar, estado Bolívar.
3. Hospital “Dr. Santos Aníbal Dominicci”, en Carúpano, estado Sucre.
4. Hospital “Dr. Pablo Acosta Ortiz”, en Apure.
5. Hospital “José Antonio Páez”, en Guasdualito, estado Apure.
6. Hospital “Gral. Rafael Urdaneta”, en Calabozo, estado Guárico.
7. Maternidad “Negra Hipólita”, en San Félix, estado Bolívar.
Estos centros proporcionan oportunamente leche materna pasteurizada y en cantidad suficiente a los recién nacidos del centro de salud que así lo requieran, generalmente funcionan muy cercanos a los servicios de Obstetricia, Neonatología y Pediatría. En aquellos casos en los cuales la madre no puede amamantar directamente a su hijo, por fortuna se puede disponer del servicio que prestan los Bancos de Leche, es el caso que ocurre por razones de salud como en las madres VIH positivas, cuando padecen del virus de la leucemia humana de células T tipo I (HTLV-1), o del recién nacido como prematurez, bajo peso al nacer, impedimento físico, entre otras; Díaz-Gómez (2005) agrega en casos de niños afectados por galactosemia, en casos de fenilcetonuria y otros errores congénitos del metabolismo de los aminoácidos en los cuales se mantiene una lactancia materna parcial. Entre sus objetivos están el de proporcionar apoyo a la práctica adecuada de la lactancia materna, recolectar y distribuir la leche de donadoras, manteniendo condiciones de calidad, contribuyendo así a la disminución de la mortalidad infantil por esta causa.
Con relación a las condiciones de calidad, la Red de Bancos de Leche de Brasil establece una serie de parámetros a seguir que tiene que ver con seguridad e higiene, haciéndolas extensivas y bien definidas a funcionarios que laboran en el Banco de Leche, a donantes, visitantes, también relativas al ambiente y bioseguridad en general. Esta red define a las condiciones higiénico-sanitarias como aquellas “condiciones establecidas para orientar y estandarizar procedimientos, teniendo por finalidad asegurar la calidad del proceso, bajo el punto de vista de la salud pública” (REDBLH, 2004). Contempla también pruebas de calidad bacteriológica y fisicoquímica que deben aplicarse a la leche donada, las cuales decidirán o no el rechazo de la misma. El cumplimiento conjunto de todos estos procesos de adecuación de la leche garantizará una leche segura, 100% confiable para el recién nacido y pudiesen más adelante calificar a estos servicios como centros de referencia, candidatos a certificación de calidad.
En base a lo anterior y a la misión tan importante que cumplen los Bancos de Leche, se debe resaltar que cada miembro del personal que allí labora tenga conciencia plena del rol que desempeña, de su posición en la estructura de un diagrama de flujo que no puede fracturarse por fallas de ningún tipo, que se someta a evaluación constante y a crítica objetiva permanente y que sepa que su función es decisiva en el resultado final, cuyo alcance va mas allá del entorno físico de las instalaciones del Banco de Leche y es la de brindar un producto inocuo y con todos los requerimientos nutritivos a neonatos que lo necesiten.
Con la finalidad de articular el saber histórico-significativo de la lactancia materna (considerado saber popular), con las ventajas que tiene para la madre y para el niño (declaradas por la ciencia) para convertirlos en acción transformadora de la realidad, deben establecerse intercambios constructivos entre el investigador y el equipo de salud que participa en la adecuación de la leche materna para en consenso alcanzar la producción del conocimiento, que pueda estandarizarse, garantizando una leche de calidad, exenta de riesgos físicos, químicos y microbiológicos. Se requiere la participación activa de este grupo de personas, que se involucren en la toma de decisiones para fortalecer la confianza de ellos mismos en la práctica de sus oficios así como la confianza de la madre a cuyo hijo se le suministra el preciado producto.
A manera de cierre
Los planteamientos anteriores y las reflexiones a las que conduce este ensayo, forman parte de un proyecto de investigación doctoral que plantea la implementación de un programa de aseguramiento de la calidad en Bancos de Leche Humana. Por su acción transformadora la investigación a realizar se enmarca dentro del enfoque socio-crítico teniendo como base filosófica a la teoría crítica. Este enfoque permite la complementariedad de la metodología cuantitativa con la cualitativa, y ambas se requieren en la propuesta; exige además la participación activa del investigador en interacción reflexiva con los sujetos de la investigación (personal del Banco de Leche) que serán los principales informantes de todos los procesos que allí se llevan a cabo. La realidad va a concebirse desde una perspectiva objetiva y subjetiva para tener como objetivo final la aplicación (acción) de un nuevo conocimiento –normas y procedimientos sistemáticos, estandarizados y controlados- cuya consecuencia última es la transformación para mejorar la calidad de vida. ¿La vida de quién? De ese nuevo ser, el recién nacido, que inicialmente será alimentado con leche del Banco de Leche Humana pero que después continuará este tipo de alimentación directamente de su madre y se adaptará sin problemas a una realidad cambiante, esto último sustentado en teorías del desarrollo evolutivo.
El enfoque socio-crítico permitirá ir más allá de la tradición positivista, el cual en trabajo de este tipo abordaría la realidad de este servicio hospitalario y de todos sus procedimientos solo objetivamente, con metodología cuantitativa, sin reconocer algunos valores que surgen en la investigación, como por ejemplo, la importancia de la leche materna para el recién nacido. Se espera que de toda la investigación teórica, surgida de análisis cuali-cuantitativo se derivará la acción, se reafirmarán normas y técnicas, y aun mas, mediante la aplicación y comprobación se optimizará el procedimiento que garantice mejora y transformación.
Referencias bibliográficas
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Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. (1999), Gaceta Oficial Nº 38.360. Publicada el 30-11-99. Caracas.
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fuente: portales médicos
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