Venezuela posee una tasa mediana de casos de cáncer de mama, mayor en comparación con otros países latinoamericanos -desde México hasta la parte media de Brasil- que registran una incidencia menor, pero que tienen programas de pesquisas que llegan a cubrir entre el 40% y 50% de la población en riesgo, que son las mujeres. Venezuela, en políticas de asistencia gubernamental tiene "un reporte fatal".
El doctor Gerardo Hernández, oncólogo-mastólogo, disertó sobre estado actual del cáncer de mama en Venezuela y Latinoamérica durante el primer Simposio de Mastología organizado por Funcamama.
El especialista expuso que en México, aunque no hay un programa de pesquisa en general, el Ministerio de Salud Pública se ha trazado una meta -a través de las mamografías y exámenes clínicos- de reducir la incidencia. Aspiran para 2012 cubrir un 40% a 50% de las mujeres. Tienen un instituto bien dotados de medicamentos y equipos excelentes.
Colombia tiene una estructura mejor organizada que México: un programa de tamizaje de cáncer a través de los estados, mediante el cual cubren mamografías y exámenes clínicos y programas educativos a la población y además cuenta con un excelente instituto de cancerología. Brasil tiene un programa que cubre de 30 a 40% de la población y facilitan los medicamentos. Argentina tiene una buena organización que cubre un parámetro similar al de Colombia y Brasil. Iguales condiciones prevalecen en Chile.
En Venezuela, no obstante, las políticas de salud en materia de cáncer de mama brillan por su ausencia. Mientras la tasa en el resto de los países latinoamericanos es de 27 mujeres por cada 100 mil, en Venezuela hay una incidencia estadística de 100 casos de cáncer de mama y mueren 4 por cada cien mil al día.
Para describir cómo ha ido en detrimento el reporte asistencial gubernamental, recordó que la Dirección de Oncología -fundada en 1976- hizo una excelente organización de pesquisas de cáncer de mama, cuello uterino, de pulmón y gástrico. Refiriéndose concretamente al de mama, cubría un 70 por ciento del territorio nacional. Se distribuyeron mamógrafos de esa época y se hizo una fuerte campaña. Desde esa fecha para acá, el cáncer -en todos sus tipos- ha avanzado en Venezuela en 48 a 50% en la población en general, de acuerdo con los datos aportados por el experto.
¿Qué ocurrió? Al llegar el segundo gobierno de Caldera, se acabó con la Dirección de Oncología y se redujo a una oficina. Así ha permanecido durante los últimos 12 años del actual mandato nacional, respondió Hernández.
Los contrastes: sector público y privado
El contraste que subsiste en el sector público y el privado también fue develado por el especialista. En el primero aún se sigue realizando las radioterapias -que muy poco se hacen porque nunca funcionan los equipos- con el material Cobalto 60, ya desfasado y que pone de una vez en "tablitas" a los pacientes. En la parte privada se usa la radioterapia modular, guiada por una computadora que irradia únicamente en la zona del tumor y preserva el resto del tejido.
El médico reveló que lo último en esta área es la radioterapia intraoperatoria, que aún no se usa en Venezuela. El paciente no requiere 30 sesiones de radioterapia convencional, sino una sola de 25 minutos. Ya se está negociando la adquisición de uno de estos equipos para una clínica en Caracas. "El avance más importante que se está haciendo en el país en cuanto a esta enfermedad es el estudio genómico molecular del tumor, a través de la biología molecular".
Con este avance, además hay una nueva clasificación de la enfermedad. Este estudio se hace a través de dos medios: el Oncotype Dx, con el cual se toma la biopsia. El tumor es fijado con parafina, material que se envía a Estados Unidos donde se detallará si ese paciente es de alto, intermedio o bajo riesgo, rango a través del cual se le abordará. Y cuando se puede realizar en "fresco" se hace por medio del test "mammaprint" -un compuesto que contiene 70 genes, con el cual se hace la muestra, que luego es introducida en un líquido preservador y se manda a Holanda. Este método también determina si el cáncer es de alto o bajo riesgo, además precisando los casos que -de acuerdo a la agresividad del tumor- responderán a la quimioterapia y los que no la requerirán.
Sobre los avances en este particular, indicó Hernández que existen también productos nuevos con sustancias con factores de crecimiento epidérmico, como el Trastazumab para el cáncer de mama y el Ervitub para el cáncer de colón, más selectivos y dirigidos hacia el cáncer y no dañan las células normales.
Para el doctor Hernández, el Estado no tiene excusa para no equipar a los hospitales con los instrumentos de última generación, habiendo contando con los ingresos más alto por petróleo, pero "ha preferido dotar a otras naciones".
Un punto de coincidencia del simposio es que la Mastología es una especialidad integral, multidisciplinaria, que requiere el concurso de un grupo de especialistas, entre los que se cuentan ginecólogos, radiólogos, médicos oncólogos, médicos nucleares, radioterapeutas, médicos anatomopatólogos, cirujanos plásticos y cirujanos especializados en la cirugía de la mama. De manera que allí estriba su valor y su belleza, en esa convergencia, donde cada quien brinda su aporte al servicio de la vida y de la salud. Igualmente, se reiteró que la mamografía es insustituible y sigue siendo "El caballito de batalla" en la prevención y tratamiento del cáncer de mama.
Factores de riesgo modificables
Diversos factores de riesgos intervienen en el cáncer de mama, clasificados en modificables y no modificables. Por fortuna, en los que se pueden controlar, se tiene ganada la batalla entre 40 y 50%, sentenció Humberto López, director de Consultas Médicas de Funcamama.
El especialista especificó que los factores de riesgos son aquellos que en un momento dado pudieran ayudar a que una persona sea más propensa, pero no que obligatoriamente sufrirá la enfermedad. La idea de identificar a una persona de alto riesgo es que con ella se pueden tomar medidas para evitar que se desarrolle la afección, con tratamientos medicamentosos de forma preventiva e incluso cirugías de disminución de riesgo.
- Con esta cirugía se puede disminuir en un 90% las posibilidades de que esa persona contraiga el mal. Consiste en retirar todo el tejido glandular mamario, pero no en un 100% siempre se deja entre un 8, 10 ó 12%, porción en la que pudiera desarrollarse la enfermedad, pero es mucho más difícil que teniendo toda la glándula completa, detalló López.
Esta opción sólo aplica en pacientes femeninas en las que existan claras evidencias de una carga familiar importante. La mujer tiene que saber que no es una intervención de orden estética, sino de prevención y reconstructiva, en la que el tejido retirado se sustituye por una prótesis de silicona.
Sobre los factores de riesgos modificables, ejemplificó la herencia genética y el sexo: El hecho de ser mujer aumenta más el riesgo, aunque hay casos en hombres en una proporción del 1,5%. La edad: cuanto más años tengamos, más riesgo también, aunque se han registrado en jóvenes de 19 años, en una proporción de un 18%. También mientras más temprano se desarrolla la mujer más riesgo, al igual que más tiempo tarda con la menopausia.
Se agregan la obesidad, la falta de ejercicios, tendencia de consumo de alimentos ricos en grasas, el consumo de alcohol y tabaquismo, el uso prolongado de pastillas anticonceptivas (mayor a 2 años continuos), al igual que el uso de ciertas terapias de reemplazo hormonal. Tener niños después de los 30 años adelanta en un año los riesgos.
La recomendación: Todas las mujeres, así sean de alto y bajo riesgo, deben controlarse con ecografía mamaria a partir de los 18 años de edad y después de los 35 años, con mamografías más ecografía, todos los años. También mantener un peso estable, no fumar, hacer ejercicios, por lo menos caminar cuatro horas semanales y realizarse chequeos constantes con mastólogos.
fuente: carabonero
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