Entrevista
José Schneider
Jefe de Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander y Catedrático de la Universidad de Cantabria.
¿Cuál cree que son las pautas que debe seguir un ginecólogo para luchar contra el cáncer?
Convencer a las mujeres de que se hagan sus chequeos mamográficos a partir de la edad que les corresponde.
¿Y la edad que les corresponde son los 45 años? ¿La rebajaría?
Yo la aumentaría. En realidad donde realmente se ha demostrado que es absolutamente eficaz es a partir de los 50 años.
¿Qué ocurre con el cáncer de mama genético?
El cáncer de mama genético es un 10% de los cánceres como mucho de todos los cánceres. No tiene una repercusión tan enorme en lo que es el cáncer de mama. Hay que tener en cuenta que una mujer tiene un 15% de posibilidades de tener un cáncer de mama a lo largo de su vida por el hecho de ser mujer.
¿A qué se debe?
Saberlo, saberlo, no lo sabemos, pero por el mismo motivo por el que todos los hombres si cumpliéramos 100 años tendríamos cáncer de próstata, que biológicamente es el mismo cáncer.
¿Estamos haciendo las cosas bien?
En lo que realmente hemos avanzado es en obtener los mismos resultados que antes, más o menos, con variaciones todavía no inmensas, pero siendo menos agresivos con las pacientes. No hemos avanzado tanto en los resultados del tratamiento como en obtener los mismos resultados siendo menos agresivos. Ese es el único avance real.
En su opinión, ¿cuál es el objetivo a lograr en los próximos 10 años? ¿Vencerlo?
Vencerlo es imposible porque forma parte de la vida. Si todos viviéramos los suficientes años, todos tendríamos algún cáncer.
Deme una buena noticia…
Lo que vamos a intentar conseguir en los próximos 10 años es poder adecuar cada vez más el tratamiento indicado a cada paciente en concreto. Individualizar más los tratamientos y los no tratamientos, es decir, no dar un tratamiento innecesario a una persona que no lo necesita.
¿Conocer la genética del tumor es la clave de todo?
Conocer la genética del tumor es la clave de todo. La genética está en la base de lo que es la biología del tumor y cada vez nos damos más cuenta de que lo que es importante en un cáncer no es tanto si es grande o pequeño o tienes tales o cuales características visibles, sino su biología.
¿Cuánto nos queda para conocer eso?
Bastante, para entender la biología completa nos queda mucho. Llevamos 30 años desde que se identificaron los primeros oncogenes y solo hace desde hace unos pocos años todo ese conocimiento ha empezado a dar sus frutos.
¿Hay más cáncer de mama o hay una percepción de que hay más cáncer de mama?
La percepción es que hay más. Lo que es un hecho es que hay mucho más cáncer de mama en mujeres en edades más jóvenes de lo que era antes.
¿A qué se debe? ¿Quizás a un cambio en nuestro estilo de vida?
Esto es una opinión personal. Me parece bastante claro, especialmente escuchando a doctores como Nicolás Olea, Catedrático de la Universidad de Granada, uno de los máximos expertos europeos en tóxicos ambientales, que hay muchísimos productos artificiales, la mayoría de ellos, que tienen efecto endrocrinológico y en el agua que bebemos, en las frutas que comemos y en otros sitios hay muchos productos con efecto estrogénico y que probablemente están estimulando la aparición, el crecimiento de este tipo de cánceres. Hay algo que la gente no sabe, y que yo sé por él porque lo cuenta en sus conferencias, es que la amalgama que nos ponen los dentistas en las muelas, la de color marfil, es el producto artificial con el mayor poder estrogénico que se conoce.
¿Qué relación hay entre la maternidad y cáncer de mama?
La lactancia siempre se ha dicho que protege del cáncer de mama, pero está en entredicho. Parece ser que lo que protege es tener el ovario en reposo durante el periodo de los embarazos y que no produzca sus hormonas. La lactancia produce anovulación también, de hecho es un método anticonceptivo que usaban las mujeres de las tribus primitivas. Y es un método anticopectivo conocido porque el ovario no funciona cuando se da el pecho. Así que más que la lactancia, parece ser que es que los ovarios no funcionan durante ese tiempo. Lo que es curioso es que durante mucho tiempo se pensó que una mujer que había tenido cáncer de pecho era mejor que no se quedase embarazada porque era peligrosísimo, no hay estudios que esto lo investiguen de manera prospectiva, pero los únicos estudios que se pueden hacer retrospectivos sobre mujeres que se han quedado embarazadas después de un cáncer de mama a ver cómo les ha ido, y todos los estudios demuestran que les va mejor. No empeora el pronóstico, incluso parece ser que lo mejora un poquito.
¿Qué le gustaría que ocurriera pronto y que sea posible que ocurra?
Que por lo menos en una gran proporción de tumores no tengamos ni siquiera que recurrir a la cirugía. Y eso lo tenemos ahí prácticamente. Hay estudios ya, incluso algunos en nuestro país, de tratamiento de cánceres de mama pequeñitos con radiofrecuencia, sin necesidad de extirparlos y lo que se ha hecho es tratarlos con esa modalidad y luego extirparlos a ver qué queda de tumor y no queda prácticamente tumor. Todo enfocado a ser menos agresivo, con esa técnica y el conocimiento de la biología del tumor y el tratamiento complementario que tenga que recibir la mujer, estaría tratado el cáncer.
El hecho de ser menos agresivo, ¿asegura que no se vaya a reproducir en unos años?
No, para nada. Pero es que eso es soñar. Tardaremos décadas antes de que estemos en condiciones de aplicar terapias génicas que hoy en día son una utopía todavía.
Entonces, ¿no merecería la pena ser más agresivos y evitar que se reproduzca?
No, eso es lo que siempre hemos pensado por sentido común. Y eso es muy peligroso porque se ha sido tremendamente agresivo y las propias mujeres han pedido esa agresividad y lo que han demostrado todos los estudios es que es totalmente innecesaria. Esa es la batalla que tuvimos con la cirugía conservadora del cáncer de mama. Una mujer con un tumor de un centímetro, hoy es impensable que se le quite la mama, pero he tenido problemas con mis colegas por no hacerlo, porque el protocolo estándar hace 20 años era quitar la mama por un tumor pequeñito de un centímetro. Eso ha costado una batalla importante.
¿Cómo se puede evitar el linfedema?
Se evita no quitando los ganglios y hoy en día con la técnica del Ganglio Centinela se toca uno y hemos avanzado un poco más porque hasta hace poco cuando ese ganglio centinela cuando estaba invadido, que es en un tercio de los casos, nos obligaba a quitar todos los ganglios. En este momento tenemos evidencia de que eso no mejora el pronóstico de la paciente.
Hay estudios de grupos norteamericanos que así lo aseguran, pero no ha pasado suficiente tiempo…
Pues no ha pasado suficiente tiempo, pero en mi hospital hace un año que no hacemos linfadenectomía en algunos casos, y el resultado es bueno, sobre todo para las mujeres.
viernes, 4 de noviembre de 2011
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