Una extraña mutación en sus genes las predestinó desde que nacieron a padecer esta enfermedad. La familia española con más casos de tumor mamario lleva más de 20 años ganando esta batalla.
Cristina Herrera. Madrid
Nati tenía sólo 38 años cuando ella misma, tumbada en la cama, se palpó un pequeño bulto en su mama izquierda. “Fui la primera en caer”, cuenta ahora, 23 años después del pasaje “más duro” de su vida. Nati inauguraba así, sin saberlo, lo que pronto se convertiría en toda una saga de enfermas de cáncer de mama dentro de su familia, que, arrastradas por un dramático efecto dominó, iban cayendo irremediablemente.
Son tres hermanas y una prima hermana catalanas y llevan casi 20 años ganándole el pulso a su tumor de mama. Su larga batalla las ha convertido en la familia española con más casos de este tipo de cáncer hereditario y con mayor número de supervivientes.
“Cuando sólo quedaba yo por enfermar, parecía que todo el mundo lo estaba esperando. Pero yo pensaba que no podríamos tener ya tan mala suerte”, afirma Mª Rosa, la pequeña de las hermanas. En realidad, no se trataba de mala suerte, ni siquiera de una “desgracia”, como la madre de estas hermanas creía. Una extraña mutación –desconocida aún por los científicos– las ha predestinado irreparablemente a padecer su cáncer de mama. No lo han heredado, puesto que ninguno de sus antepasados padeció esta enfermedad. Pero ellas saben que la alteración de sus genes se convertirá en una herencia envenenada para sus descendientes.
“Entre un 5% y un 10% de los cánceres de mama son genéticos-hereditarios”, informa el doctor Antonio Brugarolas, director de la Plataforma de Oncología de USP Hospitales. Aun así, los expertos señalan que heredar estos genes contaminados no es una garantía segura de desarrollar la enfermedad. “Si una madre ha tenido un cáncer de mama genético, existe un 50% de probabilidades de que el hijo lo padezca también”, apunta la directora de la Unidad de Cáncer Familiar del Gregorio Marañón, María Orea.
Lo que sí recomiendan a aquellas personas que cuenten con antecedentes de cáncer es que empiecen las revisiones oncológicas 10 años antes de la aparición del tumor más precoz dentro de la familia.
Detección precoz
Mª Rosa, a la que le detectaron casi por casualidad un tumor de mama hace ya 15 años, acaba de pasar lo que ella llama la “ITV anual”. “Cuando salgo y me dicen que estoy sana me hago un buen regalo. Es como celebrar mi cumpleaños”, dice alegre. María, la mayor de las hermanas es la que ha tenido “peor suerte”. “Ella lleva además 10 años con metástasis de huesos”, informa Mª Rosa.
“Hemos conseguido que la supervivencia a los cinco años sea del 83%”, destaca Carlos Vázquez, presidente de la Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria. La detección precoz es la principal culpable de estas esperanzadoras cifras. Y la familia de Nati lo sabe. Precisamente fue una revisión a tiempo lo que a ellas les ha salvado la vida.
Aun así, han preferido evitar conocer si sus hijas han heredado la mutación en los genes que ellas arrastran. “Van a revisiones preventivas, pero consideramos que era una angustia saber que nuestras niñas estaban predestinadas a tener cáncer. No hay que meter la cabeza debajo del ala, pero en cierto modo también es bueno olvidarse”, concluye Mª Rosa.
fuente: intereconomia
miércoles, 16 de noviembre de 2011
La herencia envenenada del cáncer de mama
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