El diagnóstico molecular de los tumores garantiza una
tipificación precisa frente a las pruebas inmunohistoquímicas, más sujetas a la
variabilidad de su ejecución. Algunos trabajos presentados en la reunión de
ASCO indagan en las ventajas del conocimiento genómico del cáncer
"Un tumor tonto es más listo que diez oncólogos
listos". Con esta frase, George W. Sledge, el anterior presidente de la
Sociedad Americana de Oncología Médica (ASCO), recordaba a sus colegas que el
camino para acorralar definitivamente al cáncer no es sencillo. La asociación
de fármacos es clave. Determinar a qué tipo tumoral concreto se corresponde el
tratamiento más efectivo, también. El Grupo Español de Investigación en Cáncer
de Mama (Geicam) ha presentado en la última reunión de ASCO, en Chicago, los
resultados de varios estudios en esa dirección.
Uno de ellos, expuesto en una comunicación oral dentro de la
mesa sobre biología tumoral, analizaba mediante un test diagnóstico genético
las muestras tumorales de un ensayo de Geicam de 96 pacientes con cáncer de
mama triple negativo; a diferencia de lo que ocurría hace años, este tipo de
cáncer mamario es el que cuenta con opciones terapéuticas más limitadas y, por
tanto, peor pronóstico. Las pacientes se habían dividido en dos brazos; en uno
la quimioterapia incluía carboplatino y en el otro, no. "Comparamos los
resultados obtenidos mediante el test genético -llamado PAM50, al que añadimos
más genes a determinar- con los alcanzados por las pruebas inmunohistoquímicas,
y vimos que se confirmaba que las muestras analizadas eran basales en un 88 por
ciento", explica Eva Carrasco, directora científica de Geicam y una de las
investigadores del estudio. Además, se detectó una serie de genes que indicaban
la predisposición a resistencia en general a la quimioterapia, mientras que en
otro subgrupo, otros genes se asociaron a una mejor respuesta a carboplatino.
"La era del café para todos se acabó. Tenemos
subpoblaciones de pacientes en las que el tratamiento está claro, pero aún nos
queda el 90 por ciento del camino. Y ahí entran los test genómicos",
apunta Miguel Martín, presidente de Geicam y jefe de Oncología Médica del Hospital
Gregorio Marañón, en Madrid.
Martín ha aludido a otro estudio de Geicam, presentado
también en una sesión oral del congreso, sobre 2.000 pacientes con tumor
mamario y ganglios axilares negativos a las que se administró la terapia
estándar con antraciclinas o bien combinada con taxol, obteniendo éste una
mayor tasa de respuesta: "Se produjeron menos recaídas y menos muertes
cardíacas, al reducir las dosis de antraciclinas. El siguiente paso ahora es,
con las muestras de este ensayo, validar en qué pacientes resulta más
beneficioso, y para ello trabajamos en un predictor genómico de respuesta a
taxol".
fuente: diario medico
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