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lunes, 22 de octubre de 2012

El 86% de las pacientes reconoce haber logrado un alto nivel de calidad de vida tras una reconstrucción mamaria



El cáncer de mama es el más prevalente entre las mujeres españolas (1 de cada 12 lo padecerá). En muchas ocasiones, el tratamiento requiere de una mastectomía, ya sea completa o parcial. Muchas de las mujeres que tienen que pasar por ella optan a continuación por una reconstrucción mamaria.

Cada vez más, la reconstrucción mamaria es considerada como una parte esencial del tratamiento de rehabilitación del cáncer de mama, ya que existen claras evidencias de que favorece la curación y disminuye la incidencia de trastornos psicológicos asociados a la mastectomía. Prácticamente, todas las mujeres que han pasado por un proceso de mastectomía tienen la posibilidad de reconstruirse el pecho, pero para ello, es fundamental que reciban la información más completa sobre las diferentes posibilidades de reconstrucción.

Con el fin de conocer cuál es el nivel de información que reciben actualmente estas pacientes, así como las prácticas actuales en cuanto al tratamiento, la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), ha presentado el estudio ‘La calidad del tratamiento integral a las mujeres afectadas por cáncer de mama’. Se trata de la primera investigación a nivel nacional, orientada a evaluar la realidad sociosanitaria a través de las opiniones y experiencias de más de 800 mujeres que han pasado por una mastectomía. “El objetivo de este estudio, en último término, es mejorar la calidad de vida de las pacientes afectadas por cáncer de mama”, señala el Dr. Jaume Masià, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE).

Perfil de la paciente y de los profesionales implicados

Uno de los principales datos que se obtienen de este trabajo es el porcentaje de mujeres que se somete a una reconstrucción mamaria post-mastectomía, situándose en torno al 30%. Seis de cada diez lo hicieron de forma simultánea a la mastectomía (reconstrucción inmediata), mientras que cuatro de cada diez lo hicieron a posteriori (reconstrucción diferida).

Del trabajo también se extrae una correlación negativa entre la edad de la paciente y la reconstrucción mamaria, es decir, cuanto más joven es la mujer, más probable es que se someta a una reconstrucción, sobre todo en el caso de las reconstrucciones inmediatas. Asimismo, a día de hoy, las reconstrucciones, bien inmediatas o diferidas, son más frecuentes cuando la mastectomía tiene lugar en un hospital privado (40,1% frente a 27,5%).

Los cirujanos plásticos están presentes en el 70,2% de las reconstrucciones mamarias inmediatas y en un 89,3% de las diferidas. “Si la especialidad médica que está formada y acreditada para la reconstrucción mamaria es la cirugía plástica, deberíamos conseguir la presencia de estos profesionales en el 100% de los procedimientos, ya sea en reconstrucciones inmediatas como diferidas, y así garantizaríamos la equidad territorial en la asistencia sanitaria”, ha explicado el doctor.

Además, la presencia de estos especialistas en dichos procesos es más habitual en la sanidad privada (un 74,4% en hospitales públicos frente a un 87,7% en hospitales privados).

Decidirse o no por una reconstrucción, y cuándo hacerlo

Las razones que condicionan la decisión de cuál es el momento idóneo para abordar la posibilidad de reconstrucción mamaria tras una mastectomía, son diversas. Así, sólo al 34,2% de las entrevistadas se les planteó la posibilidad de someterse a un proceso de reconstrucción mamaria inmediata. Por edades, se observó mayor probabilidad de que se ofrezca la reconstrucción inmediata en los casos en los que la paciente tenía menos de 55 años y había pasado por una cirugía completa (mujeres a las que se les ha extirpado la totalidad del pecho).
El proceso de reconstrucción mamaria favorece la curación y disminuye la incidencia de trastornos psicológicos asociados a la mastectomía. De hecho, el estudio revela que el nivel de satisfacción con la propia imagen, la apariencia y el aspecto físico es mayor entre las entrevistadas que han pasado por una reconstrucción mamaria.

El 86% de estas pacientes reconoce haber logrado altos niveles de calidad de vida tras la reconstrucción y la práctica totalidad recomendaría a otras mujeres que se sometieran a esa intervención de cirugía plástica.

La satisfacción con su vida sexual entre aquellas que se han sometido a una reconstrucción mamaria es claramente superior a la de las mujeres que no se han reconstruido, muy especialmente si se trata de una mastectomía completa. Además, es importante destacar que entre las mujeres que se sometieron a una reconstrucción mamaria la satisfacción con su sexualidad es mucho mayor si la reconstrucción mamaria fue inmediata que si la cirugía se hizo tiempo después.

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