Probablemente en la actualidad no exista una respuesta tangible a esta pregunta, pero contestando de manera realista, yo diría que algunos tipos de cáncer sí son curables si se detectan a tiempo. En otros casos ni siquiera sabemos exactamente cómo se desarrollan. Lo que sí es seguro es que cada vez lo conocemos mejor y lo derrotamos en más batallas. Esperamos algún día ganarle la guerra.
La investigación en oncología avanza muy rápido. Hace poco menos de 20 años no sabíamos muchas cosas que ahora manejamos, y la herramienta fundamental para llegar a estos conocimientos ha sido una disciplina definida como genómica, la cual estudia todos los genes de un ser vivo. Ésta, de la mano de la proteómica y la biología molecular, nos ha permitido entender una serie de fenómenos que explican el origen, desarrollo e interacciones del cáncer. El descubrimiento de nuevos genes, proteínas y vías de señalización, forman parte de la gran cantidad de información de la cual se dispone en la actualidad. Incluso podemos calcular la posibilidad que tiene una persona de desarrollar cierto tipo de tumor en base a su carga genética.
Múltiples fármacos han sido creados para actuar en receptores y complejos proteicos (denominados dianas terapéuticas) y de esta forma interferir en el desarrollo de células cancerígenas. Además, las campañas de pesquisa han permitido detectar algunos tipos de neoplasias malignas en etapas tempranas de su historia natural, con lo cual logramos curar a una cantidad importante de pacientes. Entonces sí es real aquel emblemático eslogan que dice que "el cáncer es curable si se diagnostica a tiempo". Pero, ¿por qué no se ha descubierto una cura global contra todos los tipos de cáncer o una vacuna que ni siquiera permita que se desarrolle alguno de ellos?
No todos los cánceres son iguales. Existen unos más agresivos que otros y con sensibilidades diferentes a los tratamientos. Por otro lado, no todos los seres humanos se comportan de la misma manera ante esta enfermedad. Esto podría servir de asidero para generar una respuesta hipotética a nuestra pregunta principal: no curamos el cáncer de forma global; cuando lo hacemos, lo logramos de forma individualizada.
Mientras tanto, seguimos encarnando una lucha constante contra este mal que aqueja a millones de personas en el planeta, una enfermedad heterogénea y difícil de descifrar, cuyo mayor entendimiento nos impulsa a seguir transitando un camino, que aunque sabemos será largo y tortuoso, nos llevará a la meta tan anhelada: curar definitivamente el cáncer.
La investigación en oncología avanza muy rápido. Hace poco menos de 20 años no sabíamos muchas cosas que ahora manejamos, y la herramienta fundamental para llegar a estos conocimientos ha sido una disciplina definida como genómica, la cual estudia todos los genes de un ser vivo. Ésta, de la mano de la proteómica y la biología molecular, nos ha permitido entender una serie de fenómenos que explican el origen, desarrollo e interacciones del cáncer. El descubrimiento de nuevos genes, proteínas y vías de señalización, forman parte de la gran cantidad de información de la cual se dispone en la actualidad. Incluso podemos calcular la posibilidad que tiene una persona de desarrollar cierto tipo de tumor en base a su carga genética.
Múltiples fármacos han sido creados para actuar en receptores y complejos proteicos (denominados dianas terapéuticas) y de esta forma interferir en el desarrollo de células cancerígenas. Además, las campañas de pesquisa han permitido detectar algunos tipos de neoplasias malignas en etapas tempranas de su historia natural, con lo cual logramos curar a una cantidad importante de pacientes. Entonces sí es real aquel emblemático eslogan que dice que "el cáncer es curable si se diagnostica a tiempo". Pero, ¿por qué no se ha descubierto una cura global contra todos los tipos de cáncer o una vacuna que ni siquiera permita que se desarrolle alguno de ellos?
No todos los cánceres son iguales. Existen unos más agresivos que otros y con sensibilidades diferentes a los tratamientos. Por otro lado, no todos los seres humanos se comportan de la misma manera ante esta enfermedad. Esto podría servir de asidero para generar una respuesta hipotética a nuestra pregunta principal: no curamos el cáncer de forma global; cuando lo hacemos, lo logramos de forma individualizada.
Mientras tanto, seguimos encarnando una lucha constante contra este mal que aqueja a millones de personas en el planeta, una enfermedad heterogénea y difícil de descifrar, cuyo mayor entendimiento nos impulsa a seguir transitando un camino, que aunque sabemos será largo y tortuoso, nos llevará a la meta tan anhelada: curar definitivamente el cáncer.
Efrén Bolívar Abreu
MD. Cirujano Oncólogo. Mastólogo. PhD en Ciencias Médicas. Máster en Patología Mamaria Universidad de Barcelona - España. Profesor de Técnica Quirúrgica de la Universidad Central de Venezuela. En Twitter @efrenbolivar.
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