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martes, 15 de julio de 2014

Cribado de mama a medida en las más jóvenes y mayores

Cribado de mama a medida en las más jóvenes y mayores


LAS EDADES EXTREMAS EXIGEN ENFOQUES ESPECÍFICOS

La detección de los tumores de mama entre las mujeres más jóvenes (menores de 35 años) y las de mama densa, y las mayores (a partir de los 70) plantea peculiaridades por las limitaciones de la mamografía y el aumento en la esperanza de vida.


Antonio Brugarolas, , director de la Plataforma de Oncología del USP Hospital San Jaime. (USP Hospital San Jaime)

El cribado del cáncer de mama en menores de 40 años y en mayores de 70 necesita enfoques específicos: en las jóvenes la mama densa plantea limitaciones a la mamografía -la técnica diagnóstica habitual-, mientras que en las mayores se está repensando hasta cuándo continuar con el screening, teniendo en cuenta que la esperanza de vida femenina se prolonga más allá de la séptima década.

Si bien el cáncer de mama no es frecuente en menores de 35 años -un 10 por ciento de las series hospitalarias-, a esta edad suelen aparecer tumores de peor pronóstico, como el triple negativo. Casi el 40 por ciento de las jóvenes tienen una mama densa, que en la mamografía dificulta la observación de engrosamientos tumorales. Antonio Brugarolas, director de la Plataforma de Oncología del USP Hospital San Jaime (Torrevieja, Alicante), recuerda que "en las mujeres con riesgo genético hereditario de cáncer de mama no deben hacerse mamografías, pues aumenta la incidencia del tumor, y de todas formas, antes de los 30 años se desaconseja también por riesgo de inducir cáncer. Además, en la mama densa la mamografía puede dejar de ver hasta el 40 por ciento de los tumores. Por ello, en esos casos se indica la resonancia magnética (RM)".
La recomendación científica vigente es que el radiólogo indique en la mamografía que la paciente tiene mama densa o fibrótica. En Estados Unidos incluso hay campañas de salud que interpelan directamente a la población con un Are you dense?, con el objetivo de concienciarlas sobre las peculiaridades de su cribado.
Dejando a un lado consideraciones de coste-efectividad, "la RM mamaria constituye la técnica diagnóstica de mayor resolución y la idónea en mujeres jóvenes, en aquéllas con riesgo de cáncer hereditario, en las mama fibróticas y cuando ha habido cirugía mamaria (incluidas biopsias e implantes). Con esta técnica el despistaje puede prolongarse a los dos o tres años, pero tiene el inconveniente de su baja especificidad, lo que obliga a realizar biopsias con resultados negativos".
En el otro extremo, el de las mujeres mayores, la situación es incluso peor, pues se produce una discriminación por edad, advierte Brugarolas, que ha coordinado la sesión de actualización anual que viene celebrando conjuntamente la Plataforma de Oncología con el Grupo de Cáncer de Mama del Instituto Europeo de Oncología, de Milán (Italia).
Discriminación por edad
En España el programa de cribado alcanza hasta los 65 ó 70 años, dependiendo de las comunidades autónomas, pero el cáncer de mama en la década de los 70 es más frecuente que en la de los 60. "Hoy las mujeres viven hasta los ochenta o noventa años y el precio de no realizar el cribado puede estribar en tener que realizar tratamientos más agresivos (mastectomías, linfadenectomías, quimioterapia) frente a intervenciones mínimas, si el tumor se ha detectado de forma precoz.
La Asociación Americana de Geriatría aconseja efectuar mamografía de cribado hasta los 85 años, siempre que la expectativa de vida supere los tres años; en el Reino Unido, el Instituto Nacional de la Salud británico ha ampliado hasta los 73 años el programa de cribado, dejando la opción voluntaria de mamografía cada tres años. Y en España, con una de las poblaciones más longevas del mundo, deberíamos revisar también estos límites".

'MICROARRAY' TUMORAL

En la sesión también se han presentado datos sobre la serie de pacientes que acumula la Plataforma de Oncología en la que se han estudiado los tumores mediante técnicas de microarrays. De ese estudio, valorable ya en diez enfermas con cáncer de mama que habían probado todas las líneas terapéuticas sin éxito, se derivaron tres respuestas "excelentes", según ha comentado Antonio Brugarolas. "Además, en otras dos pacientes con tumor precoz avanzado localmente, los microarrays realizados precozmente contribuyeron a mejorar el tratamiento. Por ello proponemos, con el Instituto Europeo de Oncología de Milán, utilizar el microarray para guiar la quimioterapia en tumores localmente avanzados".


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