Investigadores de la Queen Mary University of London (Reino Unido), han concluido el estudio de mayor duración realizado hasta la fecha para evaluar los beneficios del cribado del cáncer de mama y, según demuestran, el beneficio de las mamografías es mayor del esperado ya que el número de vidas salvadas aumenta si se realizan anualmente.
En el estudio, cuyos resultados publica en la revista “Radiology”, se hizo un seguimiento a más de 130.000 mujeres de dos comunidades suecas, observando que aquellas que se sometieron a mamografías regulares presentaron una mortalidad un 30% menor por cáncer de mama, en comparación con aquellas que no pasaron esta prueba.
De hecho, apuntan los investigadores, la cantidad de mujeres salvadas de un cáncer de mama también aumentaba con cada año adicional de cribado. "Cuanto más tiempo observamos, más vidas se salvaron", apuntó Stephen Duffy, autor del estudio.
En el estudio, las mujeres fueron divididas en dos grupos. En uno de ellos, las participantes recibían una invitación para someterse a estos controles para prevenir el cáncer de mama y, en el otro, simplemente se sometían a chequeos generales.
La fase de control del ensayo duró unos siete años y, en este período, las mujeres de 40 a 49 años fueron controladas cada dos años y las de entre 50 y 74 años, aproximadamente cada tres años.
"De cada mil mujeres controladas durante 10 años, se prevendrían tres muertes por cáncer de mama", dijo Duffy, quien agregó que la mayoría de las muertes evitadas se hubieran producido más de una década después de que se iniciara el control.
"Esto señala que los beneficios del cribado a largo plazo, en términos de muertes prevenidas, son más del doble de los que suelen citarse en seguimientos a corto plazo", añadió, sumándose a la evidencia sobre los beneficios a largo plazo de los controles mamográficos regulares.
Sin embargo, las nuevas recomendaciones sobre los programas de cribado del cáncer de mama en Estados Unidos, publicadas en 2009, desaconsejan el uso rutinario de las mamografías en mujeres de 40 a 50 años, y señalan que las mayores de 50 deberían someterse a estos cribados cada dos años y no anualmente.
Las guías contradicen años de mensajes de prevención sobre la necesidad de someterse a controles de prevención a partir de los 40 años, si bien hay expertos que apuntan que esta recomendación de someterse a menos mamografías "podría confundir a las mujeres" y generaría más muertes por cáncer de mama.
Por ello, Duffy sugiere que un esquema razonable de control sería el que propusiese radiografías cada 18 meses en mujeres de 40 a 54 años, y cada dos años, en las mayores de 55.
No obstante, este experto añade que los nuevos resultados de su estudio no se centran en analizar la frecuencia de los controles, si bien "dejan claro que los cribados funcionan".
"Cada uno debe hacer lo que le parece pero, por los resultados combinados de todos los ensayos de control, se observa que la mamografía en las mujeres de 40 a 49 años reduce las muertes por cáncer de mama", concluye.
fuente: univadis
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