La Clínica Universidad de Navarra ha iniciado un ensayo clínico para comprobar la eficacia de la aplicación de vacunas autólogas -elaboradas con células dendríticas del sistema inmune de la paciente y estimuladas con su propio tumor-, dirigidas a reducir la progresión del cáncer de mama en un subgrupo determinado de esta enfermedad, aquel en el que las células tumorales no expresan la proteína HER2.
El estudio, pionero en el mundo en aplicar en tumores de mama esta terapia combinada con el tratamiento estándar, tiene como investigadora principal a la Dra. Marta Santisteban, coordinadora del Área de Cáncer de Mama del Departamento de Oncología Médica de la Clínica Universidad de Navarra, quien dirige un equipo de investigadores de este centro hospitalario y del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra.
El ensayo, de carácter multicéntrico, cuenta con la participación de un equipo del Complejo Hospitalario de Navarra, dirigido por el Dr. Esteban Salgado.
El trabajo ha obtenido el respaldo y apoyo de CAIBER (Plataforma Española de Ensayos Clínicos), red de centros de investigación a la que pertenece la Clínica Universidad de Navarra junto a otros 39 centros de toda la geografía española.
Según la Dra. Santisteban, "la implicación, el compromiso y el soporte constantes de CAIBER han sido esenciales para poder desarrollar este estudio, ya que ha significado una ayuda inestimable para su consecución y ha permitido iniciar este nuevo abordaje frente al cáncer, más allá de los tratamientos convencionales".
Los resultados preliminares respecto a un aumento de respuestas del tumor (reducción de su tamaño e incluso desaparición) a los tratamientos combinados de quimioterapia e inmunoterapia de este ensayo clínico podrían obtenerse en mayo de 2012, según pronostica la especialista.
El ensayo, aprobado recientemente, mantiene abierta la fase de reclutamiento de pacientes. La investigación se dirige a mujeres diagnosticadas de cáncer de mama en estadios II y III, correspondientes a tumores no metastásicos, de más de 2 cm, con o sin afectación ganglionar, según indica la Dra. Santisteban. Las pacientes que participen en el ensayo clínico recibirán el tratamiento convencional además de las vacunas personalizadas cuya eficacia se investiga.
La terapia habitual para estas pacientes consiste en administrar ocho ciclos de quimioterapia de entrada (para reducir el volumen de enfermedad). Después se procede a la cirugía de extirpación del tumor, para terminar con la aplicación de las sesiones de radioterapia correspondientes. Además, existe un subgrupo de pacientes con determinadas características que se beneficiarán de tratamiento hormonal.
En el ensayo clínico, las mujeres seleccionadas recibirán las dosis de vacunas autólogas durante la quimioterapia neoadyuvante (anterior a la cirugía) y como posterior mantenimiento.
"El proyecto -ha precisado la especialista- complementa el tratamiento oncológico tradicional con un calendario vacunal de dos años de duración. Como se ha explicado, las vacunas se administrarán de forma integrada con el tratamiento estándar que le corresponda a la paciente con esta enfermedad". Según ha apuntado, el mínimo de vacunas que se inyectarán a cada paciente será de 6 y el máximo de 14. Los preparados autólogos se administrarán de forma espaciada mediante inyección intradérmica.
Las vacunas se elaboran en el laboratorio GMP de Terapia Celular de la Clínica Universidad de Navarra con las células tumorales extraídas de la propia paciente. Para ello, se realiza una biopsia del tumor. Una vez procesadas las células tumorales, de ellas se obtienen los antígenos (molécula capaz de inducir una respuesta del sistema inmune) propios de ese tumor. Toda la labor de procesamiento de las vacunas se realiza bajo la dirección de las doctoras Susana Inogés y Ascensión López-Díaz de Cerio, especialistas del Área de Terapia Celular de la Clínica, según ha añadido la CUN.
Según ha detallado la Dra. Santisteban, a la paciente se le extraen también células de su sistema inmunológico (monocitos que se transforman en células dendríticas). "En el laboratorio GMP se ponen en contacto los antígenos del tumor con las células del sistema inmune para conseguir que las propias defensas de la paciente reconozcan al tumor como una amenaza para su organismo y lo puedan atacar. Así, con las células dendríticas obtenidas de su sistema inmune, procesadas después con los antígenos del propio tumor, se elaboran las vacunas contra la enfermedad que se administrarán a esa determinada paciente", ha apuntado la doctora.
El objetivo que se persigue con estos preparados, ha indicado la oncóloga, "reside en estimular el sistema inmune de cada paciente para que reconozca las células tumorales y favorezca su destrucción". "En definitiva, se trata de reforzar el sistema inmune para defender al organismo de las células tumorales".
El tratamiento con vacunas autólogas o personalizadas para cada paciente se ha probado con éxito en otro tipo de tumores, si bien es la primera vez que se aplica en cáncer de mama localizado en un esquema neoadyuvante (anterior al tratamiento quirúrgico) y de mantenimiento, advierte la investigadora.
fuentes: univadis
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