Las mujeres con cáncer de mama que utilizan un grupo común de antihipertensivos tendrían más posibilidad de sobrevivir a la enfermedad, según dos estudios preliminares que se publican en “Journal of Clinical Oncology”.
En uno de los estudios, las usuarias de betabloqueantes vivieron más tiempo sin reaparición del tumor que el grupo tratado sin esos fármacos. En la otra investigación, las pacientes que consumían esos medicamentos fueron menos propensas a que se les diagnosticara un cáncer mamario agresivo o a fallecer por esa causa. Aun así, el equipo aclara: "Observamos una asociación. Hay que probar si son la causa", aseguró la Dra. Amal Melhem-Bertrandt, coautora del estudio coordinado por MD Anderson Cancer Center (Estados Unidos). "Es muy prometedor y alentador, pero todavía debemos hacer más estudios", añadió.
Los betabloqueantes reducen el efecto de las hormonas del estrés, como la adrenalina y la noradrenalina, y se utilizan para tratar la hipertensión. Los oncólogos comenzaron a prestarles atención después de que ensayos con animales revelaran que las respuestas al estrés están asociadas con el crecimiento tumoral. "Quisimos comprobar si al inhibir uno de los brazos de la respuesta al estrés, controlaríamos el cáncer de mama", explicó la Dra. Melhem-Bertrandt.
Entonces, con su equipo buscó las historias clínicas de más de 1.400 mujeres tratadas por cáncer mamario con quimioterapia y cirugía en el citado centro. El 7% tomaba también betabloqueantes.
Los médicos que habían analizado los tumores después de la cirugía no hallaron diferencias entre las mujeres que usaban o no betabloqueantes (principalmente, metoprolol y atenolol). Pero las usuarias de esos fármacos evolucionaron mejor.
A los tres años, el 87% seguía con vida y sin cáncer, comparado con el 77% de las que no los tomaban, aun tras considerar las edades, los estadios tumorales, la diabetes y otros factores que pueden influir en el crecimiento tumoral. Y los resultados fueron aun más sorprendentes en las mujeres con cáncer mamario triple negativo, que no responde a la terapia hormonal. "Los considerábamos remedios inocentes, pero parece que tienen efecto en el cáncer", manifestó la Dra. Melhem-Bertrandt.
Con todo, algunos factores ocultos, como el estilo de vida o las combinaciones farmacológicas en estas mujeres, podrían explicar las diferencias. Por lo tanto, es muy pronto como para hablar de causa-efecto, insistió la Dra. Melhem-Bertrandt. Es más, su estudio no fue lo suficientemente grande como para demostrar un efecto potencial en la supervivencia general.
"Se necesitan estudios mayores para conocer cómo los betabloqueantes influyen en la evolución del cáncer", señaló Sunil Shah, de la St George's University, de Londres (Reino Unidos), que participó en otro estudio realizado en este país. "Pero, si los beneficios se confirman, serán importantes para un subgrupo de mujeres con cáncer mamario porque los betabloqueantes son relativamente seguros y económicos", agregó Shah.
El segundo estudio revisó datos de un registro oncológico y una base de datos de farmacias de Irlanda. Las mujeres con cáncer mamario que tomaban un betabloqueante, propranolol, eran mucho menos propensas a que se les diagnosticara cáncer avanzado que otro grupo muy similar, pero que no tomaba ese medicamento, señaló el equipo del Dr. Thomas Barron, del St. James's Hospital, de Dublín (Irlanda). Además, a los cinco años, el 9% había fallecido por la enfermedad, comparado con el 27% del grupo control.
Esa diferencia no se registró con el uso de atenolol, lo que contradice los resultados del equipo de la Dra. Melhem-Bertrandt y sugiere que no todos los betabloqueantes actuaría de la misma manera.
fuente: univadis
No hay comentarios:
Publicar un comentario