The New York Times
NUEVA YORK.- Destacados cirujanos plásticos de los Estados Unidos se encontraron en Manhattan el mes pasado para observar una cirugía experimental que podría curar el linfedema, una complicación seria del tratamiento del cáncer de mama.
La doctora Corinne Becker, que desarrolló el procedimiento, obtuvo nódulos linfáticos de las ingles de una paciente para trasplantárselos a la axila, de donde los nódulos habían sido removidos durante el tratamiento oncológico.
" Voilà ! -exclamó frente a sus colegas, mientras frotaba un pequeño trozo de tejido entre el pulgar y las puntas de sus otros dedos para detectar la presencia de esos pequeños nódulos con forma de perla-. Miren lo que hay acá: un hermoso nódulo."
Ella advirtió que extraer demasiado tejido podría dañar a la paciente, e incluso causar linfedema en otro miembro. "Es mejor no ser gourmand , agresivo", agregó.
Este procedimiento innovador, llamado "transferencia autóloga de nódulos vascularizados", se utiliza para tratar el linfedema, un efecto colateral habitual del tratamiento de cáncer de mama. Se cree que la remoción de los nódulos linfáticos axilares cercanos a la mama afectan la dispersión del tumor, aunque nuevas investigaciones sugieren que esto puede ser evitado en muchos casos. La pérdida de los nódulos linfáticos frecuentemente conduce a la hinchazón crónica y al dolor en el brazo.
En la nueva cirugía experimental, los nódulos faltantes son reemplazados por un puñado de nódulos nuevos trasplantados de otro lugar del organismo del paciente. Si todo va de acuerdo con el plan, los nódulos se asientan en la nueva ubicación y se conectan con vasos linfáticos para comenzar a realizar su trabajo filtrando los desechos y drenando el líquido que se acumuló en el brazo.
Pero la operación es controvertida y no está libre de riesgo, y a pesar de que se informó que había curado a algunas pacientes y mejorado a otras, casi no se practica en los Estados Unidos. Incluso sus defensores dicen que debería reservarse para las pacientes que no responden al tratamiento convencional.
Una afección subvalorada
El primer estudio randomizado sobre su efectividad está comenzando a realizarse, dirigido por la doctora Constance Chen, cirujana plástica neoyorquina que se especializa en cirugía reconstructiva de la mama utilizando tejido de la propia paciente.
Incluso en ausencia de buenos datos, sin embargo, la demanda de este procedimiento irá aumentando. En los EE.UU., más de dos millones de mujeres han sido tratadas por cáncer de mama, y algunos estudios sugieren que el linfedema se desarrolla dentro de los cinco años posteriores al tratamiento en alrededor del 40% de las mujeres que pasaron por una cirugía de mama.
Aunque la condición puede tratarse con cuidado constante y terapia física, con frecuencia restringe gravemente la actividad y generalmente se la considera incurable.
En ausencia de mejores datos, acerca de los beneficios de la transferencia de nódulos linfáticos, sin embargo, los seguros médicos pueden mostrarse renuentes a cubrir el procedimiento, que implica cirugía microvascular compleja y cara para la conexión de vasos sanguíneos diminutos.
"Es bastante coherente: alguien sacó los nódulos linfáticos y usted los repone -dijo el doctor Babak Mehrara, cirujano plástico reconstructivo del Memorial Sloan-Kettering Hospital, en Manhattan-. El problema es que parte de la ciencia que está detrás del procedimiento no lo respalda. Probablemente, funciona para algunas personas y para otras, no."
Antes de transferir los nódulos a su nueva ubicación, la doctora Becker quita agresivamente el tejido cicatrizal que está debajo del brazo, que puede estar obstruyendo los canales linfáticos y previniendo la circulación de fluidos. Ese es uno de los aspectos más riesgosos de la cirugía, porque podría afectar a los nervios y los vasos sanguíneos del brazo.
"Estamos preocupados de que si una persona ya tiene una cirugía linfática comprometida, uno podría hacerle más daño si vuelve a operar. Siempre decimos que cuanta menos cirugía, mejor", dijo Saskia Thiadens, directora ejecutiva de la Red Nacional de Linfedema.
Pero agregó: "Obviamente, estamos ansiosos de saber cuáles son los resultados".
Chen, que coorganizó el simposio con la participación de Becker y el doctor Joshua L. Levine, director de los servicios reconstructivos del New York Eye and Ear Infirmary, coincide que se necesita más evidencia científica. Pero es optimista en cuanto a que la cirugía será beneficiosa para las pacientes y subraya que las consecuencias penosas del linfedema no han sido adecuadamente apreciadas por la comunidad médica.
"El tratamiento del linfedema no termina -dijo Chen said-. Muchas mujeres dicen que tratarlo es aún peor que aceptar el cáncer de mama, porque se trata de un problema que las afecta en su vida diaria."
18.712
Nuevos casos de cáncer
Según el Instituto Nacional del Cáncer, los tumores mamarios afectan a 74 de cada 100.000 argentinas.
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25%
Desarrollará un linfedema
Los factores de riesgo de esta complicación son el número de ganglios extirpados y el uso de radioterapia.
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75%
Ocurre a partir de los 6 meses
Uno de cada cuatro casos de linfedema aparece entre los 6 meses y los 2 años de la operación.
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fuente: la nacion
martes, 21 de junio de 2011
Una cirugía experimental podría curar el linfedema
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