La monoterapia con eribulina mejora el pronóstico de las pacientes con cáncer de mama metastásico; en concreto, disminuye el riesgo de muerte con respecto a las enfermas tratadas previamente con otros fármacos, según revela un estudio que se publica hoy en The Lancet.
Eribulina, un quimioterápico antimicrotúbulo, ofrece en monoterapia una disminución del 20 por ciento en el riesgo de muerte a las mujeres con cáncer de mama metastásico tratadas previamente con otros fármacos quimioterápicos, según ha explicado a DM Javier Cortés, director del Programa de Cáncer de Mama del Hospital Valle de Hebrón y de su Instituto de Oncología (VHIO), en Barcelona, y primer autor del estudio Embrace de investigación clínica en fase III que se publica hoy en The Lancet, y que ha contado con el apoyo de Josep Tabernero, jefe de Oncología Médica del citado centro, y del que fuera anterior responsable Josep Baselga.
Según Cortés, la eribulina mejora el pronóstico de las pacientes afectadas de cáncer de mama metastásico mediante un doble e interesante mecanismo de acción. Por un lado, como antimicrotúbulo impide la división celular pero, además, la eribulina se adhiere a la tubulina formando unos agregados que son tóxicos para la célula tumoral.
Según Cortés, la eribulina mejora el pronóstico de las pacientes afectadas de cáncer de mama metastásico mediante un doble e interesante mecanismo de acción. Por un lado, como antimicrotúbulo impide la división celular pero, además, la eribulina se adhiere a la tubulina formando unos agregados que son tóxicos para la célula tumoral.
Actualmente, eribulina sólo está diponible en Estados Unidos -la FDA aprobó su comercialización en noviembre de 2010- y se está a la espera de que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y el Instituto Nacional de Excelencia Clínica (NICE) de Gran Bretaña aprueben su uso antes del próximo verano dada la buena visión que han ofrecido del fármaco.
Beneficio universal El trabajo, en el que han participado 139 hospitales de 20 países, ha demostrado la eficacia de la administración de eribulina en monoterapia frente a otras quimioterapias estándar, la que el médico consideraba más efectiva para su paciente, en fase metastásica. En concreto, en el Embrace participaron 762 mujeres que fueron clasificadas para recibir eribulina en monoterapia (508) o quimioterápicos tradicionales para cáncer de mama (254) como vinorelbina, gemcitabina, taxanos y antraciclinas, entre otros agentes, e incluso terapia hormonal.
Beneficio universal El trabajo, en el que han participado 139 hospitales de 20 países, ha demostrado la eficacia de la administración de eribulina en monoterapia frente a otras quimioterapias estándar, la que el médico consideraba más efectiva para su paciente, en fase metastásica. En concreto, en el Embrace participaron 762 mujeres que fueron clasificadas para recibir eribulina en monoterapia (508) o quimioterápicos tradicionales para cáncer de mama (254) como vinorelbina, gemcitabina, taxanos y antraciclinas, entre otros agentes, e incluso terapia hormonal.
"El estudio se ha centrado en mujeres con cáncer de mama metastásico tratadas previamente con quimioterapia. Pero uno de los aspectos más interesantes e importantes es que, en principio, eribulina beneficia a todos los subtipos clásicos de cáncer de mama".
No obstante, el oncólogo ha matizado que se han empezado a diseñar otros estudios para concretar qué subgrupos de pacientes obtienen los mayores o menores beneficios.
Los datos ponen de manifiesto que la supervivencia de las pacientes tratadas con este fármaco ha aumentado, de media, un 20 por ciento. Sin embargo, Cortés matiza que el beneficio clínico se traduce en que la disminución del riesgo de mortalidad por cáncer de mama es de un 20 por ciento, lo que, a su juicio, significa que "si un grupo de pacientes va a vivir cinco años con el tratamiento estándar, con eribulina puede alargar su supervivencia un año más, por ejemplo".
Impacto demostradoPara el oncólogo, además del beneficio clínico que el quimioterápico aporta a las afectadas por este tumor, uno de los aspectos más válidos de este ensayo internacional es que el tratamiento en monoterapia supone una nueva estrategia terapéutica. "En los últimos diez años ningún fármaco, por sí mismo, ha demostrado aumentar la supervivencia en pacientes con cáncer de mama metastásico y pretratadas con quimioterapia". Y ha hecho hincapié en una ventaja añadida: la tolerancia es buena y la toxicidad, baja, con lo que la calidad de vida de las personas tratadas con eribulina es elevada.
Para el futuro, el planteamiento terapéutico también depende de analizar la eficiencia del fármaco en asociación con las denominadas terapias biológicas o moleculares. Cortés ha adelantado que ya hay diseñados estudios, algunos de los cuales también serán dirigidos por el equipo del Valle de Hebrón, para "la combinación del quimioterápico con agentes target. Además, las líneas de investigación en cáncer de mama avanzado van a abrir las puertas a su análisis en cánceres de mama metastásicos pero menos avanzados como primera línea de tratamiento, así como comenzar los estudios en tumores iniciales y curables".
En España cada año se diagnostican unos 24.000 nuevos casos de cáncer de mama. La incidencia cada vez es mayor, mientras que la mortalidad es cada vez menor. Las tendencias favorables de las tasas de mortalidad por cáncer de mama se atribuyen a los avances en los tratamientos, a la detección precoz y al tratamiento multidisciplinar del cáncer en unidades especializadas.
No obstante, el oncólogo ha matizado que se han empezado a diseñar otros estudios para concretar qué subgrupos de pacientes obtienen los mayores o menores beneficios.
Los datos ponen de manifiesto que la supervivencia de las pacientes tratadas con este fármaco ha aumentado, de media, un 20 por ciento. Sin embargo, Cortés matiza que el beneficio clínico se traduce en que la disminución del riesgo de mortalidad por cáncer de mama es de un 20 por ciento, lo que, a su juicio, significa que "si un grupo de pacientes va a vivir cinco años con el tratamiento estándar, con eribulina puede alargar su supervivencia un año más, por ejemplo".
Impacto demostradoPara el oncólogo, además del beneficio clínico que el quimioterápico aporta a las afectadas por este tumor, uno de los aspectos más válidos de este ensayo internacional es que el tratamiento en monoterapia supone una nueva estrategia terapéutica. "En los últimos diez años ningún fármaco, por sí mismo, ha demostrado aumentar la supervivencia en pacientes con cáncer de mama metastásico y pretratadas con quimioterapia". Y ha hecho hincapié en una ventaja añadida: la tolerancia es buena y la toxicidad, baja, con lo que la calidad de vida de las personas tratadas con eribulina es elevada.
Para el futuro, el planteamiento terapéutico también depende de analizar la eficiencia del fármaco en asociación con las denominadas terapias biológicas o moleculares. Cortés ha adelantado que ya hay diseñados estudios, algunos de los cuales también serán dirigidos por el equipo del Valle de Hebrón, para "la combinación del quimioterápico con agentes target. Además, las líneas de investigación en cáncer de mama avanzado van a abrir las puertas a su análisis en cánceres de mama metastásicos pero menos avanzados como primera línea de tratamiento, así como comenzar los estudios en tumores iniciales y curables".
En España cada año se diagnostican unos 24.000 nuevos casos de cáncer de mama. La incidencia cada vez es mayor, mientras que la mortalidad es cada vez menor. Las tendencias favorables de las tasas de mortalidad por cáncer de mama se atribuyen a los avances en los tratamientos, a la detección precoz y al tratamiento multidisciplinar del cáncer en unidades especializadas.
fuente: diario medico
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