Lo más aceptado en la comunidad científica internacional actualmente es realizar el primer estudio mamográfico alrededor de los 35 años de edad en mujeres asintomáticas. En función del patrón mamográfico obtenido se decidirá cuántas mamografías deben realizarse hasta los cuarenta años. A partir de esa edad se recomiendan los controles anuales, aunque los programas de cribaje poblacional controlan a las mujeres cada dos años.
El límite superior de edad está en discusión(los programas de cribaje se limitan a mujeres de edad inferior a los 60 o 65 años). Dado el beneficio del diagnóstico precoz del cáncer a cualquier edad, la mamografía está justificada al menos bianualmente o anualmente en caso de senos con patrones mamográficos complejos y siempre que la mujer esté con buen estado general y la prueba no suponga ningún inconveniente para ella.
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