Un estudio realizado en la Universidad de Granada y el Hospital Universitario San Cecilio ha revelado que la leche materna de las mujeres prematuras contiene una menor cantidad que las madres a término de la coenzima Q10, un compuesto de gran importancia tanto por su función antioxidante como por su función como componente de la cadena de transporte de electrones, entre otras funciones.
El principal objetivo del trabajo era describir, por primera vez, la existencia de coenzima Q10 en la leche materna y su concentración en los diferentes estadios de maduración de la leche (calostro, transición y madura) e investigar posibles diferencias en la concentración de este antioxidante entre leches de madre con parto a término y madres con parto pretérmino.
Para llevar a cabo esta investigación, los científicos seleccionaron 30 madres lactantes, 15 con un parto a término y 15 con un parto pretérmino. A cada madre se le realizo una encuesta alimentaria y se tomaron tres muestras de leche: calostro, transición y madura. En las muestras de leche se analizaron entre otros parámetros los niveles de coenzima Q, tocoferoles y capacidad antioxidativa total de la leche materna.
Los resultados de este trabajo muestras concentraciones de CoQ10 en el calostro de alrededor de 0,4 µmol/l en pretérminos y 0,7 µmol/l en término, es decir, casi un 75% más en las leches de madres a término, algo semejante se observa en el alfa tocoferol.
Los científicos destacan que, aunque la leche materna es el alimento ideal para todo recién nacido ya que aporta los nutrientes necesarios para un correcto desarrollo y crecimiento del mismo, “en algunos casos, la lactación materna no puede llevarse a cabo y los lactantes pasan a ser alimentados con nutrición artificial. Esta nutrición artificial intenta mimetizar en todo lo posible la leche materna, o en su caso, los efectos funcionales de la misma, y esto hace que sea necesario conocer lo más perfectamente posible la composición de la leche materna”, algo para lo que esta investigación ha supuesto un paso de gigante.
A pesar de que algunos antioxidantes son ampliamente conocidos, como tocoferol, carotenos o ácido ascórbico, “aun existen componentes con actividad antioxidante cuya concentración e incluso su existencia o no en la leche materna es totalmente desconocida, entre estos se encuentra un antioxidante de gran importancia como es el coenzima Q10”.
Los científicos consideran que su trabajo tiene un gran beneficio nutricional. “Es importante conocer al máximo todos los factores y componentes de la leche materna, para así conseguir una mejor fórmula láctea infantil, de modo que aunque el recién nacido no pueda beneficiarse de la leche materna, al menos se beneficie de un modo artificial de todas las ventajas de esta leche”, apunta los autores del trabajo.
El principal objetivo del trabajo era describir, por primera vez, la existencia de coenzima Q10 en la leche materna y su concentración en los diferentes estadios de maduración de la leche (calostro, transición y madura) e investigar posibles diferencias en la concentración de este antioxidante entre leches de madre con parto a término y madres con parto pretérmino.
Para llevar a cabo esta investigación, los científicos seleccionaron 30 madres lactantes, 15 con un parto a término y 15 con un parto pretérmino. A cada madre se le realizo una encuesta alimentaria y se tomaron tres muestras de leche: calostro, transición y madura. En las muestras de leche se analizaron entre otros parámetros los niveles de coenzima Q, tocoferoles y capacidad antioxidativa total de la leche materna.
Los resultados de este trabajo muestras concentraciones de CoQ10 en el calostro de alrededor de 0,4 µmol/l en pretérminos y 0,7 µmol/l en término, es decir, casi un 75% más en las leches de madres a término, algo semejante se observa en el alfa tocoferol.
Los científicos destacan que, aunque la leche materna es el alimento ideal para todo recién nacido ya que aporta los nutrientes necesarios para un correcto desarrollo y crecimiento del mismo, “en algunos casos, la lactación materna no puede llevarse a cabo y los lactantes pasan a ser alimentados con nutrición artificial. Esta nutrición artificial intenta mimetizar en todo lo posible la leche materna, o en su caso, los efectos funcionales de la misma, y esto hace que sea necesario conocer lo más perfectamente posible la composición de la leche materna”, algo para lo que esta investigación ha supuesto un paso de gigante.
A pesar de que algunos antioxidantes son ampliamente conocidos, como tocoferol, carotenos o ácido ascórbico, “aun existen componentes con actividad antioxidante cuya concentración e incluso su existencia o no en la leche materna es totalmente desconocida, entre estos se encuentra un antioxidante de gran importancia como es el coenzima Q10”.
Los científicos consideran que su trabajo tiene un gran beneficio nutricional. “Es importante conocer al máximo todos los factores y componentes de la leche materna, para así conseguir una mejor fórmula láctea infantil, de modo que aunque el recién nacido no pueda beneficiarse de la leche materna, al menos se beneficie de un modo artificial de todas las ventajas de esta leche”, apunta los autores del trabajo.
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