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domingo, 7 de agosto de 2011

Los ganglios pasan a un segundo plano

  • La presencia de metástasis ocultas no influye en la supervivencia
  • Los responsables de este hallazgo abogan por no vaciar la axila en estos casos

Hace unos meses, un estudio puso en entredicho la práctica centenaria de extirpar los ganglios de la axila a las mujeres con cáncer de mama para aumentar su supervivencia. Ahora, la ampliación de este trabajo indica además que la presencia de pequeñas metástasis ocultas en estos nódulos linfáticos no afecta a los años de vida de estas pacientes. Aunque no hay más evidencias de este bajo impacto de la patología axilar en el pronóstico del cáncer de mama, este ensayo está cambiando la forma de abordar la enfermedad.

En esta segunda revisión del estudio, publicado en 'Journal of the American Medical Association', los autores presentan resultados de 5.200 mujeres en estadios iniciales del cáncer de mama. El objetivo era determinar si la presencia de micrometástasis ocultas en el ganglio centinela influía en su supervivencia y justificaba, por tanto, el vaciamiento de la axila.

Esta práctica se realiza siempre que se detectan grandes metástasis en elganglio centinela (el que se analiza en el quirófano para comprobar la extensión del tumor) pero en el caso de las micrometástasis la indicación varía de un caso a otro. "Muchas veces se asume el pequeño impacto que pueden tener en el pronóstico de la enfermedad y se obvia el vaciamiento", indica Carlos Vázquez, presidente de la Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria.

A tenor de los resultados de este trabajo, la tendencia conservadora sería la más acertada, sobre todo si se tienen en cuenta los problemas que puede provocar a la larga la extirpación de los ganglios de la axila (linfedema) y cómo merman la calidad de vida de las pacientes.

Misma supervivencia

Los autores analizaron los ganglios centinela de las participantes mediante una tinción de hematoxilina-eosina, que es la técnica habitual para detectar las metástasis. Sin embargo, existen otros métodos más avanzados para hacerlo, que pueden dar con metástasis más pequeñas.

Así que a aquellas mujeres con un resultado negativo en la primera prueba, las sometieron a una segunda (de inmunohistoquímica) y dieron así con un pequeño grupo que presentaba micrometástasis ocultas en el primer examen. Este mismo protocolo se realizó con una biopsia de médula ósea.

Todas las participantes se sometieron a cirugía conservadora y recibieron el tratamiento adecuado en cada caso. Al comparar la supervivencia de las pacientes con metástasis ocultas con la del resto, los autores comprobaron que no había diferencias significativas entre ambos grupos.

"El estudio muestra que la presencia de pequeñas metástasis en el ganglio centinela no tiene relación alguna con la supervivencia", explica Armando Giuliano, del Centro Médico Cedars Sinai (Los Ángeles, EEUU), principal investigador.

Los datos obtenidos en su análisis restan importancia a la presencia de micrometástasis en la axila, aunque algunos expertos se muestran cautelosos.

"El nivel de evidencia actual no es suficiente para darle entidad a esta conducta terapéutica", señala Carlos Vázquez. "Aunque este estudio puede ser la vía para que esta práctica, con matices, se imponga", reconoce. "Estos resultados son un buen motivo para lanzarnos a realizar más estudios sobre la enfermedad".


fuente. el mundo

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